domingo, 23 de septiembre de 2012

Catalunya y su no dependencia


¿Qué es la verdad? Pregunta difícil, pero la he resuelto en lo que a mi concierne diciendo que es lo que te dice tu voz interior. En cuanto alguien comprende que obedecer leyes injustas es contrario a su dignidad de hombre, ninguna tiranía puede dominarle. La violencia es el miedo a los ideales de los demás. Y Ghandi añadió también: Cuando me desespero, recuerdo que a través de la historia, los caminos de la verdad y del amor siempre han triunfado. Ha habido tiranos, asesinos, y por un tiempo pueden parecer invencibles, pero al final, siempre caen. Elementos todos ellos a tener en cuenta, pues como el mismo dijo era preferible un mal gobierno pero propio a uno bueno pero extraño, al igual que cuando pronosticó la salida de los ingleses de la India afirmó que prefería que fuera una despedida como amigos. Buenos principios.

Ante el futuro es imprescindible cumplir el procedimiento. Fue un mandato del Parlament el que lanzó a andar el tema del Pacto Fiscal. Por tanto ha de ser este quien formalmente reciba los resultados, en debate del pleno de política general. Todo con orden y claridad, para conocer el momento en el que se está en el presente para encarar el futuro con garantías. Orden y concierto. Nunca mejor dicho. Por otro lado hay que añadir que entre consulta y declaración, es preferible, dadas las circunstancias, lo segundo primero, y luego lo primero después. En el caso de Quebec, Irlanda del Norte, Flandes, Escocia la lógica indica al revés, pero no en un estado como el español. La convocatoria a una consulta o referéndum para saber si la población apoya una propuesta de Estado Propio no se puede hacer primero para evitar al máximo el intento liberticida del estado español y totalmente refractario, en principio y por principio a toda consulta al pueblo. Y el orden de los factores no importa realmente siempre que se den todos y se cuente siempre con el pueblo. Además de que sería tras unas elecciones parlamentarias que bien pueden tomarse con cariz plebiscitario. Incluso constituyente.
El 3 de Octubre de 1934 se produjo la proclamación del Estado Propio catalán dentro de la II República. Se habían producido laminaciones y recentralizaciones, como con el tema del vino, una ley catalana. No les quedó otra. Y en 5 horas el ejército aplastó dicha propuesta. Por la fuerza de las armas. El estado español usa mucho eso de la razón de la fuerza, fuente del derecho. Pues lo que se logra con las armas ha de defenderse con las armas. Eso si, otro 3 de Octubre, de 1932, Irak se independizó del Reino Unido y se unió a la Sociedad de naciones. Un 3 de octubre de 1990 Alemania se reunificó. Y un 3 de octubre de 2005 el President del Parlament de Catalunya, Ernest Benach, presenta al Congreso de los Diputados el Proyecto de Ley del Estatut de Catalunya. Por tanto, como dice Iñigo Urkullu, hay que ser muy conscientes del siglo en el que se vive. Y en el entorno en el que uno se encuentra. Hay cosas que en otro tiempo y circunstancias se podían hacer, pero que hoy día ya no lo son. Difícil ver una reacción igual a la del 3 de octubre de 1934 y que exista un nuevo Domingo Batet.
Durante la transición, en el caso de las nacionalidades (aka naciones) insertas dentro del estado español y sin estado propio, sino compartido, tuvieron en sus representaciones al congreso y al senado en los negociadores de sus estatutos. Una parte no puede negociar con el todo a no ser que se le confiera implícitamente una cualidad de representación de un territorio en cierta forma extraño, y la voluntad de pacto expresada en el estatut bien puede implicar que lo que libremente se asume libremente se puede deshacer, es decir, el reverso del pacto, que es el derecho a decidir, el derecho de autodeterminación. Además de que fué internacionalmente apoyada y conducida a un estadio necesario en el contexto europeo y mundial de la época. Por supuesto que no fué un proceso modélico. Fue, como lo es la política, el arte de lo posible.
Siempre hay que dejar puertas abiertas. No hay que cerrarse a nada, ni a una idea o propuesta porque esta no parta de nosotros. Pero ingenuidad tampoco. Cuando Mariano Rajoy ofrece un cambio de modelo de financiación, en teoría para cambiar en 2015, pero para revisar en 2013, sólo está aplicando una receta caduca para unos tiempos ya superados. La clave no es el número sino la capacidad de recaudar y decidir. Es lo mismo que cuando a finales del siglo XIX el gobierno español de entonces le propuso la autonomía a Cuba. Llegaba tarde, muy tarde. Aún así Canovas del Castillo llegó a expresar que para acabar con la insurrección en Cuba sólo hacen falta tres balas, una para Martí, otra para Maceo y otra para Gómez. Y es que añadió que en política lo que no es posible es falso y que con la Patria se está, con razón y sin ella…
Los Comuneros, en el siglo XVI afirmaron, durante la decapitación de sus líderes aquello de “perder para ganar”. Perdieron su guerra, pero ganaron margen de libertad. Pero mera sensación ilusoria, porque desde entonces la sartén ya no la tenían ellos, sino que fueron víctimas del inicio de lo que luego fue la canibalización de “España” sobre el marco castellano. Pírrica su “victoria”, si es que verdaderamente ganaron algo. En el modelo resultante de cualquier forma de Estado Propio el modelo resultante de las relaciones entre Catalunya y España supondría costes para ambas partes, lógicamente. Nada en la vida sale gratis. La cuestión es saber gestionar, también, los conflictos, las desavenencias y los costes de las decisiones que libremente se tomen. Y es que, en cualquier caso, la vecindad sería una realidad vívamente presente. Pero como en la transición, con otras preguntas, hay que plantearse si la Unión Europea se puede permitir, y más en estas circunstancias, que un territorio como Catalunya abandone el mercado común (en el que lleva desde su fundación en 1993) o la propia UE (en la que lleva desde 1986). Eso acabaría beneficiando, por ejemplo, a China, India, Rusia, Brasil … en un mundo globalizado el mercado exterior es el propio mundo. Por cierto, la competencia de comercio es manejada en Bruselas, y la voz en la OMC es comunitaria. Y una hipotética salida de Catalunya del Euro sería mucho más negativo que una hipotética salida de Grecia del mismo. Lo mismo se puede decir de Schengen. No, aparte de las negativas desde la política y del derecho, el criterio de oportunidad también rebate el discurso del miedo.
Cabría recordar en este punto el origen de la no dependencia de los Estados Unidos. Y es que desde la metrópoli les convencieron que iban a tener voz y voto en el parlamento de Londres, que iban a estar en pie de igualdad, que iban a co decidir. Pero después llegó la guerra (mundial) contra los franceses y los de la metrópoli, llegado un momento, dijeron que ya estaban hartos de pagar impuestos. Y de la noche a la mañana les pusieron impuestos a los de las 13 colonias por casi todo lo imaginable. Y como era la ruptura de lo previamente pactado hicieron la fiesta del té de Boston. Y pensaron en un documento que comienza así: “Cuando en el curso de los acontecimientos humanos se hace necesario para un pueblo disolver los vínculos políticos que lo han ligado a otro y tomar entre las naciones de la tierra el puesto separado e igual a que las leyes de la naturaleza y el Dios de esa naturaleza le dan derecho, un justo respeto al juicio de la humanidad exige que declare las causas que lo impulsan a la separación.” Por supuesto que el Reino Unido no lo aprobaba. La declaración es de 1776, el reconocimiento en París es de 1783. Y aún en 1812 hubo una guerra en la que los británicos quemaron la Casa Blanca (que, por cierto, inauguró sus obras un 3 de octubre de 1792). Nada es gratis, y nada se consigue sin esfuerzo.
Catalunya tiene derecho a elegir su modelo, a evitar el café para todos, a verse impelido e impedido a que cumpla con su pueblo a la hora de marcar las pautas en sus sistemas sociales (educación, salidad, servicios sociales). Un ejemplo que no se cita es que en un marco de Estado Propio las diputaciones y las provincias dejarían de tener sentido, en tanto que la comarcalización sería el nivel institucional más coherente y lógico entre el marco global catalán y el municipal. Por otra parte no necesariamente la declaración de Estado Propio ha de ser inmediata a la instalación de un nuevo Parlament tras unas nuevas elecciones. Puede previamente, por ejemplo, tratar de desarrollar, per se, la ya embrionaria Hacienda Catalana, y la reacción del estado ser la que impela, con el necesario respaldo internacional, a presentar dicha declaración para, posteriormente, llevar a consulta al pueblo catalán para dar solidez y templanza al proceso sin retorno hacia el Estado Propio. Porque, parafraseando al President Mas, lo que se juega Catalunya frente a los emergentes “Estados Unidos de Europa” es o bien ser un condado de California o Texas, es decir, parte de un estado miembro, con lo que esto conlleva, conociendo a este estado denominado “España” o ser directamente Massachusetts, un estado per se miembro de la unión, con sus derechos y oblicaciones. Esta es la disyuntiva. En palabras de Prat de la Riba: “Pregunta. ¿Quién es este elemento enemigo de Cataluña y que desnaturaliza su carácter? Respuesta. España.”

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