HISTORIA DEL PAÍS VASCO (I)

EL LARGO CAMINO HASTA EL ESTATUTO DE GERNIKA


A lo largo de los meses, años y siglos se ha convenido en llamar Historia a la evolución de los hechos que se suceden en una colectividad. Es una ciencia humana. En la que el ser humano es el objeto de estudio, pero a la vez sujeto. Es parte de la investigación, pues lo que se relata no es el crecimiento de las plantas en la selva amazónica. Se cuenta sus vivencias. Por lo tanto esta sujeta a las veleidades que el ser humano quiera imprimirle. Antes de proseguir debo señalar que todo en este mundo esta “inventado”. Si no me creen citaré el caso actual sobre la construcción de la Unión Europea, en base federalista o estatalista, que ya está en conversaciones entre dos juristas francés y alemán a principios del siglo XIX. Pero este apasionante tema no es el asunto de este monográfico. Es la historia reciente de mi pueblo. Y como tal advierto que es nuestra historia, y como tal es verdadera. Pero como sujeto y objeto del estudio reconozco que puede que haya ciertos matices que no aparezcan en esta cronología. En este relato. Ojalá todos llegáramos a unos criterios mínimos para que nuestro pasado no sea causa de conflicto en nuestro presente.

Es imprescindible comprender el siglo XIX para entender el presente. La catástrofe que supuso para este pueblo. Sobre todo las dos guerras carlistas y sus consecuencias. 1833 - 39 y 1876. Si empezamos por infravalorar estas fechas no podremos comprender el porqué de muchas cosas que suceden en la actualidad. No es baladí lo que comento, pues en los Balcanes sucede tanto de lo mismo con el Imperio Otomano y las guerras napoleónicas. Es un punto de ruptura, como lo supusieron 1200 y 1512 anteriormente, con las conquistas de las así llamadas vascongadas y el reino reducido de Navarra. Euskal Herria es una realidad, como señalan diversos autores en sus libros (la literatura vernácula surgió en los estados tras la invención de la imprenta por Guttemberg y con la implantación del protestantismo, que traducía a la lengua del vulgo la Biblia. Y así fue que en el resto del reino de Navarra, al Norte del Pirineo empezó a editar a mediados del siglo XVI libros en lengua vasca-euskera, en el que se recogía lo que era el país… tal y como más tarde diría Axular en su libro). Y disponía del fuero. Algo que termino bruscamente en el siglo XIX.

El fuero vasco se ha venido en señalar como algo del pasado. Algo superado y ligado al antiguo régimen. Eso no es entender lo que supuso el fuero. El fuero se asemeja a una constitución de nuestros días. En 1526 se redactó el que vino en llamarse nuevo fuero. Se hizo en Bizkaia. Pero fue modelo para Araba y Gipuzkoa. Una de las claves a considerar es el tema del feudalismo. Que no tuvo implantación en Euskal Herria, pues una de las claves de este pueblo es su Igualitarismo. Inclusive todos somos hidalgos. Signo de igualitarismo ante todos los órdenes de la vida. La justicia y el trabajo. Un feudalismo vasco jamás existió. Ahí tenemos una primera piedra de toque que diferencia al vasco del resto.

En el entonces naciente Reino de España los fueros nacían de las ciudades. Aquí vemos como no es así, y surgen del campo. De los pueblos y ante iglesias. Aunque luego de aprobarse el fuero fue aceptado como propio por las villas (ciudades). En la redacción en los nombres no existe ninguna distinción en cuanto a titulación. Tal y como sucede hoy. En el que la máxima figura del país es Ibarretxe o Juanjo, pero nadie le llama el Ilustrísimo Lehendakari de Euskadi. La razón de estar en castellano es que los que debían aplicarlo lo iban a leer en su idioma (es decir, en Valladolid). Y el que tenia que jurarlo era el Rey de Castilla.

En cuanto a la justicia solo citare un par de notas de color que podría poner los pelos de punta a más de uno: Primero era un tribunal en Valladolid el que juzgaba a los vascos. Pero tenía la obligación de juzgar en base al código de leyes vasco. No el castellano. Aparte está el pase foral. Se prohíbe la tortura a todo “vizcaíno” (vasco, como el azpeitiarra de “El Quijote”) la aplicación de la tortura. Tanto en su tierra como fuera de ella. Prohíbe que “a vizcaíno alguno se le dé tormento, ni amenaza de tormento, directa o indirectamente, tanto en Vizcaya como fuera de ella”. Todos iguales. Pero hay más. Se prohíbe el embargo de los bienes. 
Y si un vizcaíno cometía un delito. Estuviera donde estuviera debía ser juzgado únicamente por el Tribunal de Bizkaia de Valladolid.

En cuanto a la política los vecinos elegían a sus representantes. En Bizkaia los junteros representaban a sus pueblos. En Gipuzkoa los miembros eran nombrados directamente por los vecinos. Y representaban a los hogares, según el numero que lo componían. Y tantos otros detalles que por cuestión de espacio no señalo. Era un cuerpo legal muy avanzado a su tiempo y que incluso hoy en día podría considerarse como progresista.

La cuestión problemática es que al haber sido adoptado por un sistema como fue el absolutismo en España (en el caso de Vascongadas y Navarra) se la llegó a asociar a tal desde el punto de vista de los “modernizadores” españoles y europeos. Sin ni siquiera leerlo dado que esta escrito en un castellano antiguo y barroco. Y es así que cuando llegó la uniformización desde Francia (Hasta entonces conocida como Reino de Francia y de Navarra) durante y tras la Revolución Francesa, se propusiera su eliminación, tal y como venia estipulado en la Constitución de Cádiz de 1812. Pues la peculiaridad vasca sólo era preocupación para vascos (y a veces ni siquiera tanto).

Hay varias formas de contar lo que viene a continuación. Una comprometida. Y otra pues desde el punto de vista españolista. No es cosa de hoy. Siempre ha sido así. Veamos.

1833. Primer año clave. Muere Fernando VII, el último rey en jurar los Fueros Vascos. (Para las 4 provincias de Hegoalde, como tal consideradas). Su sucesora no confirmó los fueros. Así los vascos, quizá siguiendo una zanahoria, apoyaron a Carlos, el pretendiente y fueron a la guerra hasta 1839. Y aquí llega la madre del cordero. Pues se firma tras el “abrazo” de Bergara entre el general carlista Maroto y el cristino lo siguiente:

“Artículo 1º - Se confirman los fueros de las provincias Vascongadas y Navarra sin perjuicio de la unidad constitucional de la monarquía”.

Aquí comienza el choque de trenes. Puesto que eso suponía que lo tradicionalmente considerado como legal, esto es, que los vascos no serian lo que no quisieran, se rompía totalmente. Era un principio de fin de los fueros. Hay quien señalará que después de esto hubo una lucha entre vascos. Entre fueristas y liberales. Que es la distinción que ha venido siendo tradicional desde entonces en nuestra tierra. Una dualidad. Los que veían la realidad con unas gafas ligadas a la monarquía y otros que lo veían con una soberanía vasca para poder ser y vivir de la manera que siempre se había hecho. Esto es, como Vascos. Con un pacto con la corona, eso si (tampoco eterno). Durante ese siglo se dice que se sucedió la mayor autonomía que han podido tener jamás las provincias vascas. Y que jamás había habido unión formal entre ellas. Y menos aún con Navarra. Pero basta con echar una mirada atrás con buen juicio y sano criterio de ecuanimidad para fijarse en las cosas que han unido a esos territorios a lo largo de la historia.

Y llegamos al punto culminante en la historia vasca. Al punto sin retorno. Después de todo lo vivido y al giro que supuso el primer tercio del siglo XIX. 1876. Canovas del Castillo. Presidente del gobierno de España solicita, tras la segunda derrota carlista (1869 - 1876) recortes del fuero a los entonces diputados forales. Y estos se niegan, siendo el caso más sobresaliente el caso de Sagarminaga en Bizkaia. Y se habían creado instituciones como la de los Éuscaros de Navarra o en la misma Bizkaia. Personalidades como Xaho o Campión preceden el surgimiento de un vasquismo político que trate de recuperar los derechos y libertades perdidos.
Pues como decía Canovas, cuando la fuerza se impone, la fuerza es ley. Y así fue en 1876, cuando unilateralmente y ante la negativa de las diputaciones a plegarse a los dictados del Gobierno español, fuero disueltas y los fueros erradicados. A partir de aquí se abre una nueva etapa para los vascos. Una etapa dominada por, digámoslo así, tratar de recuperar su “independencia” originaria.

España durante esa etapa estaba en formación como “nación moderna”. Es por ello que trata de unificar su territorio. Y abolir las diferencias. Disolver a los vascos en una sana españolidad. Todo esto suena a nuevo, pero viene de antiguo, como podemos ver. Y España fue reino tras 1512. Una unidad en el monarca. Pero hasta 1876 no fue una unidad política efectiva.

Después de 1876 se creó el movimiento nacionalista vasco. Con Sabino y Luis Arana. Se crea el Partido Nacionalista Vasco. Y se trata de adquirir preeminencia. Cuando se dió la Gamazada en Navarra, los vínculos entre el PNV y la sociedad navarra eran fructíferos. Aunque la posterior evolución de los hechos parezca indicar lo contrario. Desde entonces se fueron produciendo los pocos parches que podrían establecerse desde el poder central español en el camino del re empoderamiento de la sociedad vasca. En 1902 Sabino Arana fue elegido diputado en Bizkaia. En 1917 la Alcaldía de Bilbao y la Diputación de Bizkaia eran dominadas por el PNV (que, como no, sufrió en su seno también de esa ambivalencia que dominaba la sociedad vasca de la época: vasquistas y españolistas).

Anteriormente al PNV, en 1879, en Madrid, se crea el Partido Socialista Obrero Español. Que abriría sucursales en las diversas provincias “españolas”. Allí donde hubiera un obrero “español”. Bizkaia había sufrido un boom económico a mediados del siglo XIX. Con la apertura de una economía próspera basada en el Hierro de la cuenca minera vizcaina. La siderurgia y la metalurgia y la gran banca eran los motores del despegue. O take off, como gusta en decirse en círculos económicos.

Me detendré aquí un momento. Pues en un supuesto estado centralizado español surgen varios centros de poder. En Francia el poder político y económico surgen en el mismo lugar: París. Por ello es innegable que hoy en día cualquier posible independencia de su periferia económicamente no supondría gran relevancia para la economía gala. Pero en el estado español surgió un centro político administrativo central en donde no había industria.

Pues esta se encontraba en Catalunya y el País Vasco. Lo cual conllevaba que la burguesía industrial de esas naciones periféricas debían mirar al centro si querían lograr poder. Y es por ello que tantos vascos han sido miembros de los diversos gobiernos españoles. Pues aunque no tuvieran la industria, el ejército si que lo tenían en Madrid.

La economía vasca tuvo un comportamiento ejemplar. No tanto como su burguesía que no hizo como la catalana de reinvertir en patrimonio arquitectónico propio. Y lo más que se logró fue que de ciertas herencias se pudiera crear parques públicos como el de Doña Casilda Iturrizar en Bilbao.

El Partido Socialista aterrizó a aquella realidad vasca, como suelen señalar los dirigentes actuales, antes de la creación del PNV. Cierto es. Pero no es un partido vasco en sus orígenes, pues es creado como sucursal de la central de Madrid. Eso si, con los loables fines de ayudar al trabajador “español” (y derrotar al PNV). En 1910, como respuesta a la implantación de UGT entre los trabajadores vizcaínos, de las manos de De la Sota, propietario de los astilleros Euskalduna, se crea la STV (ELA). El sindicato asociado al PNV.

En 1917 ya había el mismo panorama político que hay hoy. En Bilbao se daba la tríada monárquicos, socialistas y PNV. Y se dió, curiosamente, la alianza entre monárquicos y socialistas para desalojar al PNV tanto de la Diputación como del Ayuntamiento. Cosa que terminarían logrando. Pero hubo más. Poco tiempo después, en las elecciones a cortes, 7 de los 10 diputados electos fueron del PNV, por lo que se inició un infructuoso tramite para la obtención de un estatuto de autonomía para el País Vasco. En fechas tan tempranas como finales de la primera década de 1900, hasta 1921. Ya en 1916 el PNV había enviado una delegación a Lausana, a un congreso internacional. Y poco antes de su ilegalizacion por la dictadura de Primo de Rivera, conformó una triada con un grupo catalán y otro gallego.

Pero el PNV había sufrido diversas transformaciones. Como el surgimiento de Comunión y la toma de PNV por Luis Arana. Tras la dictablanda de Berenguer, en 1930, las dos partes que antes habían ido por separado por diferencias ideológicas se unen para tratar de crear una masa critica (antes del advenimiento de la república). Aunque poco después se saldría ANV. Puesto que donde hay diferencias de fondo, no se puede tratar de modificar con una llamada a la unidad. Juntos pero no revueltos, dice el refrán.

Se fue creando a lo largo de ese tiempo una red vasquista en torno al PNV. En todos los ámbitos de la vida. Incluidos Mendigozales y Mujeres. Y en 1930 en San Sebastián firman un pacto los socialistas, republicanos, catalanes y galleguistas por el advenimiento de la república. Ciertamente entonces el problema acuciante de verdad para el estado español era el tema catalán. Euskadi quedó fuera. Y la república llegó el 14 de Abril de 1931. Aunque ya el día anterior en Eibar ondeara la bandera de la república española. Esto es porque en el socialismo “vasco” (PSE) han existido dos almas. Una la importada que fructificó en la margen izquierda del Nervión y que dió a los monárquicos la alcaldía y la Diputación de Bizkaia y otra vasquista surgida en Eibar, centro industrial guipuzcoano (armero). Habrá tres elecciones. 1931, 1933 y 1936. En todas ellas la formación triunfadora es el PNV. La única no derechista en triunfar en 1933 y la primera en 1936, con 9 diputados, cobre las izquierdas con 8 y las derechas, con 7 (contando los 4 territorios).
En 1931 se dió un proceso autonomista de nuevo. Las cuatro diputaciones pidieron a la Sociedad de Estudios Vascos (Eusko Ikaskuntza) un proyecto de estatuto. Un congreso de municipios vascos fue celebrado en Lizarra (Estella). Y allí se votó a favor… O se tendría que haber votado a favor, puesto que la mayoría de los votos enviados fueron a votar a favor (incluida Navarra). Pero hubo pucherazo y salió que Navarra decía que no. Así 1932 fue un intento de encontrar un estatuto que se votó en referéndum, en 1932, aunque no entraría en vigor.

1932. Estatuto para 3 provincias. Bizkaia, Araba y Gipuzkoa. Apoyado masivamente en Bizkaia y Gipuzkoa. Pero en Araba hubo una abstención bastante alta. Y es por ello que durante el resto de la república se hablo del “tema alavés”, en el que se comentaba si era válido el referéndum. Que a ver si debía tener Araba una vía propia… (como Navarra). ¿Os suena?

En 1936 finalmente se dio luz verde al proyecto de Estatuto (ni de lejos de aquel Estatuto de Lizarra de 1931). Fue aceptado días después del inicio de la guerra. Y fue aplicado por Bizkaia y la comarca de Aiara en Araba y la zona fronteriza con Bizkaia de Gipuzkoa. Sólo 8 meses. Lo que resistió Euskadi a Mola y su “División Navarra” de carlistas. Pues el PNV se resistió a las presiones, incluso del Vaticano, por ir junto a las derechas españolas. Hizo bien, pues la Lliga consumó tal traición y fue su condenación. El hasta entonces alcalde de Getxo (y ex jugador del Athletic) José Antonio Agirre Lekube fue elegido primer Lehendakari de los Vascos. En Gernika. Villa depositaria de los viejos fueros. Alli se elaboraron y se fueron jurando los viejos fueros vascos. De ahí dimana la legitimidad de autogobierno vasco. Y allí se escenifica. Y llegó la oscuridad. Franco. Y la declaración de provincias traidoras a Bizkaia y Gipuzkoa. Eliminando el Concierto económico, cuestión que había sido una especie de “soberanía financiera” de las diputaciones tras la desaparición de los fueros. 
Que en su inicio Cánovas imprimió como Concierto, pero no como bilateralidad o acuerdo, sino con otro contenido, pero que luego, como a veces sucede, cobró vida propia y tuvo su propio devenir histórico hasta 1937.

Aquí se establecen dos vías. La interior y la exterior. La del exilio y la de los que siguieron aquí, en Euskadi. Si se sigue la vía interior se puede señalar que Araba no perdió su condición de provincia concertada. Ni Navarra. Y que hubo intentos de conseguir la reintegración foral. De borrar el decreto de “Provincias traidoras” Incluso que para igualar se estableció la idea de quitarle el concierto a Araba. Como si lo que sobrevino a la guerra fuera un sistema más. Legítimo. Si, ciertamente esta bien hablar de lo que sucedió, pero aquellos que trataban de negociar con Franco… pues eran franquistas. No vasquistas. Esos eran los rojos separatistas. Y lo que sucedió con aquellas circunstancias. En aquellas que hicieron que se levantara el “Valle de los Caídos”. En una placa de mármol que indica las bajas que allí se produjeron puedes ver que un 85% eran vascos. Eso fue el franquismo para los vascos. Y hablar de que si se negoció esto y aquello con el dictador puede tener su rigor histórico, pero no es de interés nacional.

Si se sigue la llamada vía del exilio se puede ver la legalidad que entonces era el Gobierno Vasco presidido por Agirre. Que era un paso más en la recuperación de los derechos y libertades por parte de los vascos. Un gobierno que trató por todos sus medios lograr volver a tierra vasca, pero que no lo logró, puesto que tras la segunda guerra mundial (en la que Franco “no participó” oficialmente, a pesar de asuntos como la División Azul) los “Aliados” dieron la espalda a los vascos y apoyaron a Franco. Como aliado contra el comunismo. Con la misma excusa no movieron un dedo para salvar a la II República y decretaron la no intervención (aunque ninguno la cumpliera del todo).

Llegaron los 60. Y hubo un divorcio entre el exterior y el interior. El interior sufrió a algunos estomagos agradecidos, que propiciaron que el nacionalismo histórico mantuviese un perfil bajo de confrontación: la “oficialidad” afecta al régimen, tipo Areilza o Aznar. Lo cual propicio la resistencia. Puesto que veían (o creían ver) que el Gobierno Vasco en el exilio y el PNV no hacían nada. O hacían menos de lo que les gustaría ver. Es por eso que se fundó en 1957 ETA. Primero como grupo cultural de resistencia. Luego político. Y más tarde como expresión armada.

Cuando el inspector Manzanas (en la Operación Sagarra) fue asesinado, ETA ya tenia un activista enterrado. Y se cobraba su primera víctima. Ya no había vuelta atrás. Y estamos en 1968, cuando se produce mayo de 1968. Época en la que las guerrillas florecen por el tercer mundo. Unas guerrillas triunfantes en Cuba, Argelia o Vietnam. Siguiendo las tesis de Fanon, el Ché o Ho Chi Minh. Aunque como se puede ver: 1) existía conflicto vasco antes de ETA. 2) Sin ETA el enfrentamiento entre fuerzas vascas se da, puesto que en el pasado fue así.

Llegó 1975. En el interior del país hacía tiempo que se habían empezado a mover elementos. Existían esas dos “legalidades”. La franquista y la vasca. Y Franco murió en 1975. Antes se había dado el juicio de Burgos. En 1970. Donde un joven Mario Onaindia gritó que el era y siembre sería de ETA. Y dio varios vivas a la organización armada. Fue un momento en el que las adhesiones a los vascos se multiplicaron. 20 de diciembre de 1973 (Operación Ogro, Comando Txikia). Carrero, la garantía de continuidad del régimen vuela cual Superman (aunque aun faltaran un par de años para que se estrenara la película en Estados Unidos), mientras el Secretario de Estado Henry Kissinger está de visita en Madrid. Una fiesta más celebrada en España que en Euskadi. Pero Franco, el terrorista, el asesino, murió matando. Ejecutando al hijo de un emigrante extremeño y su compañero y tres miembros del FRAP.
Hubo un impass entre 1975 y 1978 en el que se funcionó en el estado español a caballo entre lo nuevo y lo viejo. Con un Rey del movimiento. Franquista. Sucesor de Franco. Que el pueblo español tragó. Monarquía incluida. Cuando la legalidad legítima era la república. Pero este período tiene interés en tanto en cuanto supone el aterrizaje de la legalidad vasca sobre Euskadi.

El régimen naciente no aceptó de facto la legalidad anterior y ideó la creación de una nueva. La constitución de 1931 era integral. Única con la excepción ideada para Catalunya, que más tarde se ampliaría a Euskadi y Galiza. Y Leizaola (lehendakari desde la muerte de Agirre en 1960) se negaba a volver (como hizo Tarradellas) hasta que hubiera un Gobierno Vasco propio de las mismas características competenciales, al menos, del que tuvo que tomar la vía del exilio en 1937. Asi pues se inició la nueva realidad. Primero con aquel referéndum sobre la “Ley de la reforma política” refrendada el 15 de diciembre de 1976. En 1977 se “legalizaron” los partidos políticos. PNV, PSOE, y … PCE. Y al de poco se celebraron elecciones. Se preveía que el viejo partido no ganara. Lo contrario de lo que hizo. El PNV ganó unas elecciones más. Una de las más importantes de su historia, puesto que definían su ser o no ser. Su futuro como partido. Y abrían las puertas a una nueva etapa. El camino hacia un nuevo estatuto.

Antes de iniciarse el camino hubo una intentona llamada de Xiberta. En 1945 hubo un pacto en Iparralde entre todas las fuerzas vascas para el futuro de Euskadi. Al final del franquismo las fuerzas vasquistas llegaron a un acuerdo común para el futuro de Euskadi. En Xiberta. Lapurdi. Iparralde. Pero el PNV la abandonó. Y siguió la senda indicada por Madrid (Yo no soy quien para juzgar este hecho). En 1977 se celebró la primera Asamblea Nacional del PNV en tierra vasca desde la república. Y se convino en que la capital de Euskadi, entre otras cosas sería la ciudad en la que se encontraban reunidos: Iruña (Pamplona).

El camino a la autonomía va por la senda de la creación de un órgano pre-autonómico. Que presidiría Ramón Rubial (Y no el antiguo miembro del PNV Juan de Ajuriaguerra). Ahí estaba el inicio de la Autonomía. Con un decreto de pre-autonomía. Que fue negociado. Y no se parecía a la idea original del PNV. Navarra fue separada. Aunque Carlos Solchaga fue miembro de dicha comisión. Y su siguiente presidente, Carlos Garaikoetxea, es navarro (lo mismo que Solchaga, quien colaboró en que se creara un PSN de un hasta entonces unitario PSE). Un PSE que defendía la autodeterminación para el País Vasco. Un PSE que había estado en el Gobierno Vasco en el exilio desde el principio. Cuando aún no estaba exiliado.

Asi se conformaron dos realidades jurídico administrativas. Una la CAV y otra la CFN. Euskadi y Nafarroa. Una con la Ikurriña (1896) y otra con las cadenas (1910). Hacia 1978 todas las comunidades autónomas salvo Madrid, Cantabria, La Rioja y Navarra eran pre-autonomías. Ya se estaba preparando el texto autonómico vasco. El año que se aprobaría en referéndum la constitución española (y se rechazara en Euskadi). El PNV pidió la abstención. Y únicamente un 30% del electorado votó a favor.

El 6 de diciembre se votó. Y al de poco se publicó en el BOE y entro en vigor. No lo hizo en fecha. Cuando, por cierto, debería haber entrado en vigor era el 28 de diciembre de 1978. Pero por motivos obvios se paso la fecha al día siguiente.

Una constitución que en su Disposición Derogatoria Segunda señala:

“En tanto en cuanto pudieran conservar alguna vigencia, se consideran definitivamente derogadas las leyes de 25 de octubre de 1839 y 26 de Julio de 1876 en lo que pueda afectar a las provincias de Álava, Guipúzcoa y Vizcaya”.
El camino al autogobierno parecía plenamente abierto, junto con la Disposición Adicional que habla de los fueros vascos. Quizá no los cite explícitamente pero para Euskadi esta recogida esa Disposición.

Así Euskadi dispuso un nuevo texto que consensuó, y que logró el voto en contra, el 25 de octubre de 1979, de HB y AP. Uno por españolista y el otro por independentista (justo éste último ahora se llena la boca de defender el estatuto y de ser más estatutista que nadie). Y fue apoyado. Y desde ese apoyo la legitimidad particular (Araba) que en su caso pudiera haber anteriormente se transfirió al Estatuto y a las instituciones que de ella iban a surgir.

Tras la ratificación ciudadana en referéndum Euskadi disponía de una Autonomía. Un Estatuto que en su Disposición Adicional incluía la siguiente cláusula:

“La aceptación del régimen de autonomía que se establece en el presente Estatuto no implica renuncia del pueblo vasco a los derechos que como tal le hubieran podido corresponder en virtud de su historia, que podrán ser actualizados de acuerdo con lo que establezca el ordenamiento jurídico.”

Un estatuto que fue Ley Orgánica (de obligado cumplimento) y parte integrante del “paquete constitucional”. Siendo parte de la Constitución en realidad. Un pacto bilateral negociado para encontrar un encaje de Euskadi en esa nueva España que estaba formándose y que salvaguardara los derechos y libertades de los vascos.

De esta manera el Lehendakari Leizaola pudo regresar a suelo vasco. Pues un primer paso se había conseguido. Como anécdota cabe señalar que el Estatut Catalá parecía más adelantado que el vasco. Es más, se iba publicando en la prensa a medida que se iba redactando. Y el vasco iba lento.A marchas forzadas, pareciendo que jamás llegaría a término aquella labor. Pero cuando esto concluyó, y cogió un avión un miembro de la comisión vasca desde el aeropuerto de Sondika y llegó a Madrid vio con sorpresa que era el primero en llegar. Asi que lo cursó y esperó al catalán en la cafetería del congreso. A las pocas horas apareció por allí. Esta es la forma en que el primer estatuto del estado español actual es el vasco.

Euskadi da Euskaldunon Aberria.

Recomiendo vivamente leer el libro “Razones para un Autogobierno Vasco”de Juan Yragra. Editado en 2003. ISBN: 84 - 607 - 7764 - 2. Un libro muy interesante para todos aquellos que quieran comprender un poco lo que en realidad se esconde en la voluntad de autogobierno de los vascos.