miércoles, 18 de abril de 2012

De maquetos, maletas y corbatas de Unquera


Cuando a un pueblo se le quiere atacar muchas veces se le intenta segar la hierba bajo los pies, y aislarlo de sus vecinos, de tal manera que los vecinos piensen, cada vez que se trata de insinuar el tema, en los convencionalismos, en los códigos prefijados, simplismos que se elaboran para evitar que vecinas y vecinos de ese pueblo en cuestión miren detrás de la cortina y descubran que el todopoderoso mago de OZ en realidad es un humilde señor bajito controlando una serie de palancas. En el caso vasco, más concrétamente, contra los que aspiramos a la asunción plena de las capacidades de ser y decidir para el pueblo de vascas y vascos, siempre se ha aludido a términos como maquetos, las maletas y el denominado Pacto de Santoña, como elementos de extrañamiento, surgido de las entrañas del pueblo vasco. Y si no, se dice que estos vascos se creen que tienen más historia que los demás. Cuando nadie es más que nadie. Y cada cual tiene su propia historia, y su propio relato que atender.