HISTORIA DEL PAÍS VASCO (II)

De Gernika a la Libre Asociación, pasando por Lizarra


25 de Octubre. 1979. El Estatuto de Gernika era refrendado por el 53% de la población de la Comunidad Autónoma Vasca, con lo que entra en vigor al de unos días. Al de dos años se renegocia el concierto económico para las tres provincias vascas. En su conjunto. A principios de la guerra civil española las fuerzas del dictador Franco publicaron un decreto por el que se declaraban “provincias traidoras” a Bizkaia y Gipuzkoa. Araba y la lealísima Nafarroa no entraban, conservando sus respectivos concierto y convenio durante los negros años del franquismo.

Antes de continuar con la historia reciente haré un inciso en la historia del concierto y el convenio. Tal y como se comentó en el capítulo anterior, en 1833 estallo la primera guerra carlista, perdida irremisiblemente para el año 1839, cuando se dio el abrazo de Bergara. Algo mas tarde Espartero decretaba la suspensión de los fueros a Nafarroa, así como los de Vascongadas. La idea de la Corona y de Espartero era negociar un texto que les fuera favorable en la idea de construir un estado fuerte y centralizado, siguiendo el modelo jacobino francés. No olvidemos que el estado español, a diferencia de sus vecinos europeos es un estado con un núcleo económico periférico y una administración central diferenciados, a diferencia de Francia o Bélgica, por señalar dos ejemplos. Se puede decir que la guerra carlista fue una guerra económica, lo mismo que lo fue la guerra de secesión estadounidense, o las guerras del mismo tiempo sucedidas en América Latina en aquellas fechas. Con las fronteras en el Ebro se beneficiaba el campo de las exportaciones, que enviaban su producción sin trabas al extranjero, y también se beneficiaban los que importaban del extranjero, sin tasas aduaneras. Pero perjudicaba a quienes veían en la península su mercado natural. Nafarroa fue presta al pacto. Cediendo lo incedible, parafraseando lo que, muchos años más tarde, diría el emperador Hiro Hito sobre la rendición de Japón en la Segunda Guerra Mundial. Pero aun así consiguieron algo, y es la cesión de la gestión de algunos impuestos. A eso se le llamó convenio. Y a la rebajada de categoría (de Reyno a simple provincia) Nafarroa, cuya presidencia ostentaba el Presidente del Gobierno, y cuya vicepresidencia recaía en un navarro electo por las 7 comarcas, se le llamó Ley Paccionada de 1841, la cual posteriormente se ha querido traducir como “Entre iguales”.

Desde esa época (1841) las diputaciones de vascongadas, bien por gestión de espacios vacíos, bien por cesión de competencias, bien por la presencia de resquicios de situaciones previas a la suspensión de 1833, tienen un carid bastante potente en cuanto a autogestión. Dos de los hechos que más se destacan son los de no realización de servicio militar alguno y la exención de pago de impuestos. Algo que implica que en aquellas épocas no existían listados de censos en vascongadas.

Cosa que cuando en 1876, después de la segunda guerra carlista, Canovas quiso hacer tabula rasa de las tres provincias vascas, implantando el servicio militar obligatorio y el pago regular de impuestos a las arcas del estado, simplemente no pudo. Con lo que el Gobierno de Canovas se vio en la obligación (junto con las revueltas, como la desobediencia civil del último diputado foral de Bizkaia, Sagarmínaga, a acatar las órdenes de Madrid) de pactar un régimen económico especial.


Esto es, que fueran las instituciones vascas las que hicieran el censo, las que “pasaran el cepillo” (cobraran los impuestos) y después los pasaran por caja (Madrid), quedándose ellas con un pequeño beneficio. En estas circunstancias nació el Concierto Vasco, que más tarde fue progresivamente ensanchado en su base impositiva recaudada por las diputaciones, hasta convertirse en lo que Ardanza llamó el “decimotercer sistema fiscal” de las Comunidades Europeas. Resumiendo. Tenemos concierto en Vascongadas debido a que en 1876 no existía censo de los ciudadanos vascongados y vascongadas, y el estado no se atrevía a hacerlo. Delegó con todas las consecuencias en las diputaciones, y ello ha conducido al concierto, que tampoco era una palabra destinada a significar “acuerdo entre iguales” (ni tan siquiera “acuerdo”), pero bueno, ya se sabe lo caprichosa que es a veces la historia…

Estamos en 1981. El Concierto se esta negociando para su reimplantación en Bizkaia y Gipuzkoa. Dos años atrás se ha establecido un estatuto ya en vigor, y el año anterior se ha llevado a cabo la primera elección a Parlamento Vasco. Por primera vez en la historia. Y es que aunque en el “Estatuto de la guerra” estaba consignada la creación de una institución parlamentaria, fue la propia guerra y el escaso tiempo de aplicación del estatuto (9 meses) en un espacio menguante de terreno (Bizkaia, el tercio occidental de Gipuzkoa y zonas adyacentes al Valle de Ayala de Araba) las que abortaron esa posibilidad. Aunque el PNV de entonces, en la histórica asamblea de Mayo de 1977 en Iruñea, la señaló como capital del país, tuvo que ponerla en otro lugar de la geografía de la CAV, dado que Nafarroa “decidió” (como en 1931) no participar de la experiencia autonómica vasca. Aún así se estableció una disposición transitoria en la constitución española de 1978, concluyéndose la posibilidad de la incorporación de Nafarroa a la CAV en determinadas circunstancias. Una vía jamás explorada. Aun cuando en la primera legislatura del primer parlamento navarro (presidido por Manuel de Irujo) eran mayoría las fuerzas que , al menos teóricamente, propugnaban tal unión. Un estatuto, el navarro, que fue votado en la cámara, jamás refrendado por la ciudadanía. La capital de la CAV se dispuso que estuviera en Vitoria – Gastéis. Aun cuando el PSE y su líder Ramón Rubial pretendían que estuviera en Bilbao la capitalidad de la nueva comunidad y de sus “instituciones comunes”.

Algo antes, en 1977, en Xiberta, Iparralde, las fuerzas vascas se reunieron para tratar de conformar un futuro para el país. Incluidos los “milis” y los “poli milis” de la organización armada ETA. La posición de ETA era la no presencia de representación vasca en las incipientes elecciones. Algo que siempre se ha negado a hacer el PNV. Aunque parezca incoherente la idea de presentarse a elecciones en un país en el que conceptualmente e ideológicamente no se tenga ninguna ligazón, el PNV contra argumenta que estará presente en cuantos ámbitos pueda. En todos. Es por ello que Xiberta terminó en fracaso.

Garaikoetxea fue el primer Lehendakari después del exilio. Fue el encargado de negociar las transferencias, de poner en marcha todo el entramado institucional del Gobierno Vasco. Fue el impulsor de proyectos de envergadura, como fue EiTB. Y eso se notó cuando en 1984 los vascos y las vascas dieron al PNV la mayoría más amplia lograda jamás con el 42% de los votos y 32 escaños (sólo rebasada el 13 de mayo de 2001 por la coalición EA PNV).

Aun así había un problema estructural. No puede haber dos amos en la misma casa. Ni dos titulares sobre una competencia. Y ese es el principio por el que se produjo aquel choque.
Las diputaciones eran poderosas. Recaudaban impuestos y se los transferían al Gobierno Vasco. Pero estas ejercían (y ejercen) el poder en su territorio. En aquel momento daba igual. Pues todo era del PNV. Pero alguien dijo “Tened cuidado, porque si en el futuro alguna diputación cae en manos distintas a las del partido que gobierne en Euskadi…” Y así ha pasado en Araba, donde los “populares” usan a la diputación contra el Gobierno Vasco. Ese era uno de los peligros, así como la duplicación de proyectos, tales como dos o tres superpuertos, dos centros de investigación oceanográfica, dos centros …. etc., en Bizkaia, Gipuzkoa y Araba. Era algo que la administración Garaikoetxea no veía con buenos ojos, puesto que su idea era la centralización en el Gobierno Vasco, que sería el coordinador en todas las materias para una mejor estructuración del territorio. Y esto llevo inevitablemente a un choque. Entre el PNV y Garaikoetxea y su equipo. Arzalluz, desde el BBB, luego en el EBB mantuvo la tradicional idea confederal del partido. Al fin y a la postre también el factor ideológico tuvo su importancia relativa en el asunto. Puesto que en el PNV existían muchas corrientes ideológicas. Unas más conservadoras, otras más liberales, otras socialdemócratas… En aquél momento el PNV apoyaba proyectos desarrollistas (e insostenibles) como son la central nuclear de Lemoiz o el proyecto para Urdaibai (construcción masiva de viviendas, un circuito de formula 1… en el mapa a escala en tres dimensiones del museo etnográfico del País Vasco del Casco viejo de Bilbao, cerca de la plaza de Unamuno, se ve el Urdaibai con la configuración que hubiera tenido de haber salido esos proyectos adelante).

Y en estas circunstancias se produjo la escisión en el PNV, apareciendo en 1986 un nuevo partido en la escena vasca: Eusko Alkartasuna. Ya en el año 1979 había aparecido otro partido. Principalmente por la unión de una miríada de “sopa de letras”. Partidos pequeños. Que se unieron en una plataforma que se llamó “Herri Batasuna”. Era la Izquierda Abertzale estructurada en torno a una formación política. Ciertamente en el mundo de hoy en día lo que mas se parece a aquel PNV de los años 20 y 30, conceptualmente, es el mundo de HB. En el sentido de comunidad de un conjunto de personas que forman un todo. Partido, Sindicato, diferentes asociaciones… No son militantes de un partido, sino miembros de una comunidad. Del magma de la izquierda abertzale, como dice Ortzi.

Primero de todo señalemos los tres grandes proyectos, los más polémicos, de Euskal Herria en los últimos 25 años. Son Lemoiz, Leizarán e Itoiz. En tiempos del franquismo se dio una actitud desarrollista sin complejos. Cuando llegó la crisis del petróleo (mal llamada así, porque ésa fue una consecuencia de la crisis, no la causa), al régimen de Franco se le presentó una reforma estructural de su economía, y como forma paliativa de la escasa producción energética del estado, la alternativa, tal y como lo es en el estado francés (70%), fue la planificación y construcción de centrales nucleares. Hasta 7 se llegaron a proyectar en Hego Euskal Herria (Bizkaia, Nafarroa, Gipuzkoa y Araba). Casi todas ellas se fueron cayendo de la agenda. Se fueron cancelando esos proyectos. Salvo uno: Lemoiz, cerca de Gorliz.

Un proyecto de la entonces Iberduero (que más tarde se fusionaría con Hidrola, para dar la actual Iberdrola), con participación de las cajas de ahorros. Una empresa la de la construcción que contó con el apoyo del EBB de Arzalluz. Y el respaldo del Gobierno del estado. Y con la oposición decidida de una mayoría del pueblo vasco, y, sobre todo, del área más afectada: el Gran Bilbao y Bizkaia.

Fue un proyecto que se intentó llevar adelante. Contra grandes movilizaciones. Con cargas de la guardia civil y la policía nacional. ETA también actuó, liquidando al ingeniero jefe, Ryan, así como a su sucesor. Aun hoy, 25 años más tarde se puede ver el edificio de lo que iba a ser la central. En mi pequeño diccionario Espasa de fines de los 80, incluso, viene la errata en “Lemoiz” la circunstancia de que “tiene una central nuclear”. Al parecer se quedaron a las puertas: Sólo faltaban las turbinas y el material fisible. Quizá nuestra salud y nuestra seguridad agradezcan aquellas marchas de los que portaban aquel sol de “Nuklearik ez”.

Otro proyecto complejo y polémico fue el de Leizarán. Tiene su miga. Era el intento de hacer una carretera, una autovía, que uniera Nafarroa con Gipuzkoa. EA gobernaba la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Donosita. Aún hoy es motivo de resquemores y de tiras y aflojas entre partidos y organizaciones sociales, al menos íntimamente, como veremos. ETA entra en el conflicto. EA quería hacerlo de una forma, los ecologistas decían otra cosa, y entonces entro en juego un concejal de HB de Tolosa. Precisamente la Autovía de Leizarán nacía en las cercanías de Tolosa, para llegar a Iruñea, pasando por Leizarán. El muchacho se llama Jonan Fernández. Y ésa fue la semilla del futuro movimiento por el dialogo y la paz Elkarri. Al final de todo el proceso hubo pacto, y EA, a pesar de haber sido la primera fuerza en Donosita y Gipuzkoa en 1991, fue desalojada de ambas instituciones por el PNV, en Donostia aupando a Odón Elorza, del PSOE, a la alcaldía. Para 1995 se inauguró la carretera.

Itoiz es una historia del mismo estilo. La rivera de Nafarroa necesita agua para sus cultivos, y la forma más tradicional para conseguirla es mediante los embalses, pantanos, represas, etc. Y así es que a principios de los 80 el Gobierno de Nafarroa inicio el proyecto del Pantano de Itoiz. Una obra llevada a cabo en una zona con un signo político determinado, para beneficiar a los del signo opuesto, esto es, que los votantes de los diseñadores del pantano están aguas abajo. No en Itoiz. Todo lo problemático en materia de seguridad ciudadana y colectiva que pueda darse es minimizado por la no afectación directa al colectivo de votantes propio, Puede sonar mal, pero el riesgo, en esas circunstancias, le es asumible al Gobierno de Nafarroa.

Se hicieron diversas acciones por parte de diversos colectivos en contra de la obra, como fue la famosa acción de corte de unos gruesos cables de acero. Aun así parece que sólo un desastre podrá deshacer la presa, dado que ni el informe en el que se señalaba que si se caía la ladera afectada Barcelona se pudiera convertir en cuestión de horas en una nueva Venecia fue suficiente para hacer reflexionar al establishment institucional de la comunidad foral.

Poco después de la tramitación como ley orgánica del estatuto vasco, hacia principios de los 80, surgió una ley orgánica que trataba de armonizar el proceso autonómico. LOAPA. Ley Orgánica de Armonización del Proceso Autonómico. Puede sonar hasta bien eso de coordinar, cooperar. Pero veamos. En 1979 UCD plantea enmiendas a 43 artículos de los 46 existentes en el proyecto de estatuto vasco. Y en Galiza UCD planteaba hacer un estatuto, pero de ejecución de competencias, esto es, que la titularidad permaneciera, en último término, en el gobierno del estado. Es más, no se preveía que todas las presuntas autonomías entraran en un proceso autonómico. Para 1981 tres zonas no habían siquiera accedido a la pre autonomía, como son La Rioja, Madrid y Murcia.


Fue en ese año 1981 cuando cambió la cosa. UCD y PSOE se reunieron para lo que de facto fue una reforma constitucional, encubierta en pacto autonómico. Concluyeron que todo el territorio debía de estar vertebrado en autonomías para 1982 (ese año fue el de la Ley Organica del Amejoramiento del Fuero, estatuto de Nafarroa) y que todas debían adquirir un parlamento o asamblea legislativa, cosa que en principio sólo estaba contemplado para Euskadi, Galiza y Catalunya. Andalucía accedió a la autonomía por la vía rápida, pero con trampas. Porque en el referéndum que se hizo votaron todas las provincias favorablemente, excepto Almería, que votó en contra. Entonces un ministro de UCD andaluz (Clavero) fue quien presionó, y la situación se resolvió votando la diputación de Almería favorablemente. Y se aceptó lo dicho por la reunión de electos. Así obtuvo Andalucía su estatuto de autonomía como “Comunidad Histórica”, tras aquella manifestación del millón de andaluces. Y la LOAPA venía a señalar la debida cooperación en las materias transferidas con el estado. Esto es que después de cederla, las directrices quería seguir marcándolas el estado. Algo inaceptable, puesto que debilitaba enormemente la capacidad de autogobierno de las recientemente estrenadas autonomías, sobre todo vasca y catalana. Fue denunciada al Tribunal Constitucional esa ley y declarada inconstitucional.

Hubo un cambio significativo y notable con la reentrada en la senda autonómica de Euskadi. La reimplantación de los cuerpos de seguridad vascos: la Ertzaintza. Durante la guerra civil guardaban la seguridad en motocicleta. En un principio se crearon los Berrozis. Cuerpos especiales al servicio del Lehendakari. Más tarde la plantilla se amplió y pasaron a formar parte del Departamento de Interior. Hubo enfrentamientos entre las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado y la Ertzaintza en un principio por la jurisdicción. Aunque hay otro elemento. Antes del despliegue de la Ertzaintza la lucha contra las llamadas “Fuerzas de Ocupación”, como son la Guardia Civil, la policía nacional y el ejército era directa y el “Síndrome del Norte” se hacia notar directamente, desde los controles de trafico, las patrullas, dado que eran éstos quienes en último término ejercían toda la labor policial en el territorio. Con la introducción de la Ertzaintza se aliviaba en cierto sentido esa presión sobre las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado destacados en el país vasco, dado que ahora sería un cuerpo propio quien se encargara de la mayor parte de las labores ordinarias policiales. Hoy en día sigue siendo mal vista la Ertzaintza a ojos del ejecutivo español y sus mandos, negándole su inclusión en el espacio Schengen, quizá creyendo que eso daría información a ETA. Aunque muchos militantes del PP se apunten a la Ertzaintza en vez a la Guardia Civil (que casos los hay). Curiosidades que tiene la historia.

Relacionado con lo anterior hay un caso. Una anécdota señala que la Ertzaintza paró un coche a mediados de los 80. Tenía el maletero lleno de documentos que hablaban de los GAL y sus actividades. Entonces la Ertzaintza se los dio a Ardanza, quien llamó a González para preguntarle si sabia algo, y para prevenirle. No se que resultados pudo haber de aquello, lo cierto es que gracias a una Investigación hecha por Melchor Miralles y por “El Mundo” llevaron a González, entre otros escándalos, a la oposición en 1996, tras aquel infernal año 1995. Otra anécdota aparece el la película “Lobo”, donde al protagonista se le dice en un momento que unos incontrolados iban a actuar contra una sede de la izquierda abertzale en Iparralde en unas determinadas circunstancias. Para prevenirle. A lo que el responde que cómo iban a ser incontrolados si sabían ellos (las fuerzas y cuerpos de seguridad, especialmente el entonces SECED, futuro CESID y actual CNI) que día, donde e, incluso a qué hora iban a actuar.


La guerra sucia contra ETA fue una válvula de escape a la frustración y al desanimo del ejército. En un primer lugar como en los San Fermines de Iruñea de 1976, donde en vez de salir morlacos, salieron grises con sus fusiles. Más tarde se produjo la estrategia más selectiva. Batallón Vasco Español o GAL son dos ejemplos. Pero esto se vino a menos cuando las fuerzas españolas recibieron un regalo, un juguete nuevo con que entretenerse: la pertenencia a la OTAN. A partir de la plena integración, el fenómeno de la violencia estatal en forma de guerra sucia fue diluyéndose y minimizándose. Aun así hay muchas bajas producidas por ella, que no deben olvidarse a la hora de hacer balance de lo que nos ha costad a todos el conflicto histórico y político vasco.

A fines de los años 80 hubo una iniciativa que fue pionera en el conjunto del estado: El plan vasco integral contra la pobreza. Fue una iniciativa que fue apuntada por el Lehendakari Ardanza en uno de los debates sobre política general de fines de los 80. Una iniciativa que suponía afrontar el fenómeno de la pauperización dentro de la sociedad vasca (el llamado 4º mundo) en todas sus dimensiones. Aunque quizá se puedan hacer algunas criticas (necesarias) fue un hito en la historia vasca y del estado.

En cuanto a los asuntos europeos hay un hito fundamental en la historia de Euskal Herria, y esta es la “embajada” del Gobierno Vasco ante las Comunidades Europeas. Fue creada en 1987. Y recurrida inmediatamente al Tribunal Constitucional. Desde 1987 hasta 1994 se creó una institución corporativa que suplió su espacio, haciendo de Lobbying ante los funcionarios y las instituciones. Puede que sea un tanto pueril, pero mucha de la información obtenida era obtenida mediante contactos informales, sobre todo en paseos por bicicleta, a pie de los funcionarios de “la casa” (tal y como lo señala Ángel Viñas en su “Al Servicio de Europa”) con los representantes vascos de esa “fundación”. Fue muy útil para los intereses vascos. A la par la presencia en el parlamento europeo era una realidad. En 1987 fue elegido Europarlamentario el Lehendakari Karlos Garaikoetxea. En 1994, asesorado el Gobierno Vasco por experimentados profesionales como Miguel Herrero de Miñón, se llegó a una resolución favorable a los intereses vascos, aceptando que las relaciones en el marco de la Unión Europea no son relaciones internacionales en sentido estricto. A partir de ahí se unieron a la Delegación del Gobierno Vasco otras delegaciones. Como la Catalana, que es una entesa entre gobierno, demás instituciones, empresas, asociaciones. Las demás, incluida la Navarra, no tienen perfil político, sino que es más bien un intermediario de las empresas del territorio en su comunicación con las Comunidades Europeas. Aun así la verdadera e importante representación (la que tiene poder) sigue siendo la Reper española (Representación Permanente), que se reúnen en los diversos niveles del COREPER. Hasta que eso no cambie no hay nada que hacer.

Volviendo a Euskal Herria, en el año 1987 , tras las elecciones anticipadas de 1986, provocadas por la escisión, que diera como resultado que EA tuviera 11 de los 32 parlamentarios electos en 1984 y el PNV 21, HB presentó de candidato a Lehendakari a un preso de ETA. Pero esa fue una anécdota en un proceso en el que el PSE tuvo la oportunidad de Gobernar (fue la primera fuerza con 19 parlamentarios frente a los 17 del PNV) y no fue capaz de asumirlo. PSE EE y EA pudieron ser el primer tripartito ahora apodado catalanista de la historia, pero el PSE se negó a transferir las políticas activas en materia de seguridad social. Por eso EA se negó a participar. Aparte que EE pedía que el Lehendakari fuera Garaikoetxea. Algo a lo que el PSE se oponía. Después votaron a Ardanza, del PNV. Al final no hubo jamás un Lehendakari socialista. Aún no. Aunque Jesús Egiguren presidió el Parlamento Vasco hasta 1991. 
El PSE lo tuvo en sus manos y una clara inmadurez y escasa cintura política impidió un cambio que hubiera sido histórico, por lo que cabe decir que un partido cautivo e inmaduro, que se puso gallito con unos, se vino abajo cuando, más tarde, tuvo que pactar con el todopoderoso PNV. Casi para los siguientes 13 años de relación. Dicen que de vasallaje. Otros dicen que fue al reves. Renuncia del PNV a su proyecto histórico. El autonomismo del que más tarde caracterizaría el periodo “Ardanza”. El de, como diría Arzalluz, los “mitxelines”. Quiza la verdad, como casi siempre, no se encuentre en el blanco y en el negro. Sino en algún punto de esa rica y variada escala de grises. En algún punto concreto…

Ardanza ha sido hasta la fecha el Lehendakari más longevo de la Historia reciente. De estos 25 años fue máximo dirigente vasco durante 13 años, frente a los 6 cada de Garaikoetxea e Ibarretxe (que continua ejerciendo). Garaikoetxea fue elegido Lehendakari en 1980, recibiendo la Makila de mando del anterior Lehendakari, Leizaola. Fue un traspaso emotivo y lleno de significado. Los otros dos no serían tan pacíficos.

La crisis desatada en el PNV entre el EBB y el equipo de Garaikoetxea fue el detonante de la dimisión del Lehendakari en 1985 (aún cuando en 1983, en los últimos días, para solucionar la crisis, se había ofrecido a no encabezar de nuevo la candidatura electoral, señalando que candidatos había de sobra en el PNV, empezando por los propios integrantes del EBB). Es por ello que cuando la administración Ardanza, elegido por el EBB desde su puesto de Diputado Foral de Gipuzkoa, tomó posesión se lanzaron todo tipo de acusaciones a la administración anterior. A pesar de que Garaikoetxea y su Gobierno siempre propugnaron por una austeridad espartana en el gasto administrativo. Quizá incluso, a veces, excesiva. Aún así Ardanza se llegó a descolgar con la afirmación de que “No vamos a mirar debajo de las alfombras, porque a fin y al cabo son de nuestros mismo partido”, como queriendo señalar que había muchos trapos sucios. Incluso dijo que cuando llegaron a Jauría Enea había desaparecido todo el mobiliario. Cosas que hoy en día parecen lejanas, pero que si se lo preguntamos a nuestros mayores seguro que empezarán a recordar, más si cabe si estos pertenecieron al PNV o a la futura Eusko Alkartasuna. Aunque quizá merezca la pena dejar atrás el pasado. Pues todo el mundo ha cometido errores. Como dijo aquél, que el que esté libre de pecado que arroje la primera piedra.

Ardanza mal que bien fue cumpliendo legislaturas, la primera fue difícil, pero más tarde, ya con la alianza con el PSE la estabilidad institucional estaba garantizada. Pero en 1997 pensó que debía retirarse. Que ya era hora de dejar a generaciones más jóvenes que tomaran el testigo de liderar el país. Y es por ello que había que nombrar a un sucesor en la candidatura. Ya en 1995 Ardanza escogió a un muchacho de Laudio para ser Vice Lehendakari y Consejero de Hacienda. Dudo bastante y venía de la empresa privada. Se llamaba Juan José Ibarretxe. Pero al final decidió aceptar la oferta. Cuando iba a terminar la legislatura Ardanza, que se retiraba, quería que Ibarretxe fuera el sucesor. Lo comentó con el EBB y éstos estuvieron de acuerdo. Pues hubo que rogarle, presionarle de muchas maneras. No creía que fuese el más adecuado para la responsabilidad. Al final Ardanza le puso entre la espada y la pared. Había dos únicas opciones: o Ardanza, que no se presentaba, o él. Y al final fue él. En 1998 Ibarretxe fue el cabeza de lista y en enero de 1999 juró como Lehendakari bajo el Roble en Gernika. Últimamente hay rumores de fondo que sugieren que ésta es la última legislatura de Ibarretxe. De terminar en plazo esto sucedería en 2009. De momento todo apuntaría a que la elegida sería Idoia Zenarruzabeitia.

En el estado español hubo un cambio de gobierno que no dejo a nadie indiferente. Fue en 1996. Y fue el PNV el que apoyó. Empezaban los 8 años de “Aznarato”. Aunque hasta que no tuvo el PP mayoría absoluta no vimos el verdadero rostro de Aznar (hijo de un travesti político, bautizado en la pila de sabino arana, nacionalista vasco de relevancia en su juventud y más tarde, cual Alejandro Goykoetxea, pasado a las filas del Fascismo Franquista). EN este segundo mandato se dieron los casos de más flagrante ataque a la cultura y sociedad vascas: Egunkaria, Ley de partidos, el mal llamado Pacto por las libertades y contra el terrorismo, actuaciones judiciales indiscriminadas con encarcelaciones de grandes proporciones y excarcelaciones al de poco tiempo, no sin haber pasado la habitual ronda de torturas. No olvidare mencionar el mantenimiento de la dispersión de los presos vascos para condena indirecta de sus familiares. Aparte de criminalizar todo lo que se asociara con la palabra “Abertzale” e incluso “Vasquista”. Una cruzada antivasca.

Un ultimo dato sobre eso. Que nadie olvide que ese asunto hizo que se apiñaran PP y PSOE. Ambos dos. Queriendo desbancar de las instituciones todo vestigio de nacionalismo y abertzalismo. Legítimamente el tratar de ganar elecciones. Pero lo que ya no es legitimo el tratar de imponer desde fuera del sistema algo que la mayor parte de la población vasca no desea ni reclama. Y se valieron de todo tipo de armas. Incluso inventando nuevas. Ahí Garzón fue providencial, junto con Mayor Oreja, el ministro mas valorado en España, y uno de los políticos peor valorados en Euskadi. El culmen de la locura fue la campaña electoral de Mayo de 2001.

En el año 1990 hubo otro hito en la historia del País Vasco. El año anterior el muro había caído y las repúblicas bálticas de la URSS se afirmaban en señalar la reivindicación del derecho de autodeterminación de los pueblos. Y los parlamentos catalán y vasco se dijeron: ¿Porqué nosotros no? Así es que en la Cámara Vasca se presentó una proposición no de ley aprobada por la mayoría absoluta de sus miembros a favor del reconocimiento para Euskadi del derecho que le asiste a decidir libre y soberanamente su futuro, sin interferencias externas de ninguna clase, esto es, el citado derecho de autodeterminación. Es curioso como un fenómeno de características globales puede afectar a una cuestión tan “local” y un tanto “exótica” en el marco global. También es curioso que al de un año, en 1991, cuando Eusko Alkartasuna presentó mociones en los ayuntamientos, aprovechando el tirón de lo aprobado por el Parlamento Vasco, fuera expulsada del Gobierno. Es una curiosa contradicción. Quizá, como en otras tantas ocasiones, lo aprobado en 1990 en el parlamento no es más que un mojón que abre sus ventanas hacia el futuro y no hacia el presente, en el que se presenta, se aprueba, no se aplica y pasamos a los siguientes asuntos en el orden del día. Pero algún día llegara en el que los mojones, sin duda, harán un camino que marcara la ruta que nos deberá llevar a un marco de garantías y con absoluto respeto a lo decidido por vascos y vascas, sin importar de donde sean, a que clase social pertenezcan ni a que partido simpaticen o voten.

En 1982 los socialistas españoles accedieron por primera vez al poder en el estado español. El margen de victoria se fue disolviendo como un azucarillo, elección tras elección, sobre 16/17 escaños de pérdida en cada elección. Hasta llegar al suelo de 2000. En 1993 tuvieron que gobernar en minoría con CIU y el apoyo del PNV. Fue CIU la que a fines de 1995 provocó el adelanto electoral a marzo de 1996. Aun con la tremenda chaparrada mediática liderada por “El Mundo” la derrota del PSOE fue dulce. A 1,5% de distancia de los resultados del PP. 

Pujol, debido a esas circunstancias trató de presionar para que fuera Gallardon y no Aznar el designado presidente. Su actitud no debió ser demasiado buena en cuanto a transferencias como para que el presidente del PNV dijera de sus primeros meses de gobierno con el PP que se había logrado más que con años con el PP. Quizá se refiera, entre otros, al acuerdo secreto sobre Euskaltel que firmaron para la investidura de 1996 y que el EBB había ideado tiempo atrás, aprovechando unas obras llevadas a cabo por el Gobierno Vasco para cablear Euskadi… Ahora que los socialistas gobiernan de nuevo no se sabe que puede pasar. El tiempo nos dirá si es beneficioso o perjudicial el gobierno de Zapatero a los intereses de Euskadi. Al menos hay una cosa positiva. Ahora hay mas tranquilidad en el ambiente. O eso parece.

Muchos han pasado. Socialistas, populares, franquistas, nazis, fascistas italianos, castellanos, ingleses, romanos, godos, francos, germanos, astures o musulmanes del Califato de Córdoba. Unos han llegado y se han ido. Otros han venido y han dejado su huella. Otros han querido imponerse y a la larga fracasaron. Paso tras paso, pueblo tras pueblo, valle tras valle vive aun un tipo de gentes que hablan un extraño idioma. Que tienen unas peculiares costumbres. Que tienen una determinada forma de vivir y concebir la vida. Y eso es revolucionario (y peligroso) para el estado español (y francés). Pero aunque la revolución sea de un solo hombre yo seguiré creyendo en ella. Porque yo la hago y ella me identifica a mi.