sábado, 16 de abril de 2011

Descubriendo a los Muñatones

Braveheart supuso un elemento muy positivo para el nacionalismo escocés. Cuentan las crónicas que cuando le ofrecieron el papel de Ramirez a Sir Sean Connery, en la película "Los Inmortales", éste, en un principio, el cual lleva tatuado "Siempre Escocia" en el brazo, y es destacado miembro del Partido Nacionalista Escocés (SNP), no le veía beneficio para la tierra de Wallace, aunque al final tuvo impacto positivo. Y lo mismo ocurrió con el film de Gibson, con el añadido de que, como fresco histórico, a diferencia de la del australiano Mulcahy, en la que Escocia era más bien el escenario, tenía el añadido de la didáctica de enseñar uno de los hitos fundamentales del pasado propio como nación y como estado del Reino de Escocia. ¿Podría hacerse algo similar en el país del euskera?