lunes, 16 de abril de 2012

Lehendakari Jeltzale Orain!


Euzkadi, la patria de vascas y vascos, vive, no es para menos, tiempos convulsos. Convulsos en lo económico, sobre todo, con la denominada crisis económica. Convulsos en lo Social, derivado de lo anteriormente citado, de la crisis, pero con más ingredientes, derivados de una paz a la que debemos aspirar, pero que, por lo que se ve, todavía no hemos asumido en su plenitud, y que algunos, en su inconsciente, se niegan a aceptar. Convulsos también en lo Político, derivado de que no existe una normalidad institucional en el país, ya se mire al Parlamento como al Gobierno, pues la representación ha sido cercenada para crear mayorías artificiales. Ante esto lo fácil es mirar el escenario como nos gustaría que fuese y declarar a quien señalar como culpable, para que sea lapidado en la vía pública. Pues bien, es hora de dar por terminada esa etapa y el cuarto de hora de todos esos impresentables ha llegado a su fin. Necesitamos a personas capaces para los problemas serios que ha de afrontar el país, reorientar todos los instrumentos de autogobierno en su solución, y para eso sólo hay una opción viable: EAJ / PNV.


Las políticas serias requieren de marcos serios y de ordenamientos referidos más a la seguridad jurídica y financiera y a una estabilidad necesaria con respecto a la economía, y esto es lo que ofrece, sin duda, el sistema del concierto, y el del convenio, con la forma de administrar los dineros en los 4 territorios forales de las dos comunidades forales de hegoalde, la Comunidad Foral de Euskadi por un lado y la Comunidad Foral de Navarra por el otro. Pero, una vez establecida la reforma constitucional en el estado (por dictado de Merkozy), de “responsabilidad” frente al déficit, y su desarrollo en la ley de estabilidad presupuestaria … era necesario salvaguardar el modelo aparte que supone el concierto, como hacienda aparte de la general del estado, con sus mecanismos. Porque el tratamiento no puede ser igual para todos a lo que evidentemente no es igual. Y ha tenido que ser el grupo vasco, aún en estas circunstancias de mayoría absoluta del PP, el que haya acometido esa labor, no en defensa del pepero De Andrés, ni del bildutarra Garitano, ni del jeltzale Bilbao, sino de la institución foral, de la estructura que rige nuestros destinos económicos, y que nos salvaguarda, protege e impulsa en una dirección diferente del que imprimen en el estado las erróneas políticas del PP y del PSOE.

Como podemos apreciar el instrumento en si es positivo, pues permite elaborar políticas propias, sin el estandar uniformizador para todos los territorios bajo un mando centralizado, lo cual lleva al desequilibrio, pues lo que es bueno para uno, es perjudicial para otro. Es como una familia con varios hijos, y que uno tuviera la gripe, otro pulmonía, a otro no le pasara nada, y al cuarto, con perdón, tuviera un cáncer de cólon. Y la receta del doctor fuera un Ibuprofeno para cada uno de los cuatro. Pues no. Y esto es lo mismo. El instrumento, sea el que sea, en este caso, el sistema del concierto, como elemento vertebrador de las políticas públicas, ha de estar al servicio de una estrategia y de una táctica con visión de país, que responda a una voluntad de avanzar en el autogobierno, un autogobierno útil, al servicio de las personas, de los proyectos, grandes y pequeños, del progreso global de la sociedad ante la que responde. Esa es la necesaria voluntad de todo político que se precie y de lo que hemos carecido en este país, debido a un desbarajuste que dicen denominar Gobierno y que, por no tener, no tiene ni programa de gobierno, y que como bien dijo Txusito: hemos llegado hasta aquí, es momento de gobernar, como sea, con quien sea, pero alcanzar Ajuria Enea, aunque sea entrar pisando calaveras. Metafóricamente hablando, claro.

En los 3 años de vida del señor López en Ajuria Enea se acumulan los casos de nepotismo en los nombramientos, de derivadas como la Trama Bengoa, el caso del cuñado de López, o la “mera” gestión de departamentos como Interior, con la Ertzaintza, en Sanidad, con Osakidetza, en Educación … y tantos, en los que hacerlo peor es imposible. La conflictividad laboral y social ha llegado a puntos insostenibles en cualquier sociedad, y menos en la vasca, en donde la gestión de los servicios públicos ha sido modélica, y ha sido referencial en lugares fuera de nuestro país, entre otras cosas, con la medición externa en índices como el de Desarrollo Humano, por la ONU.

Nuestro reto, pues, es, además de dotar de normalidad a las instituciones que aún adolecen de ella, tras la normalidad en ayuntamientos, mancomunidades e instituciones forales, hacerlo en el Parlamento y en el Gobierno. Devolver confianza a la confianza de la ciudadanía, respuestas ante las necesarias promesas, y realidades a las aspiraciones. Devolver la credibilidad perdida a unas instituciones que marcan nuestro ser, nuestra institucionalidad, nuestra realidad nacional constituída en órganos de gobierno de la comunidad a la que aspiramos a representar, porque creemos en ella, creemos en su futuro, y así se ha ido demostrando a lo largo de la historia, en episodios como la Diputación de Bizkaia en 1917, el Gobierno Vasco de la República y del exilio, y los 30 años que van entre 1979 y 2009, que transformaron Euskadi de una manera sustancial y positiva en muchos ámbitos, ya fueran sectoriales como territoriales. Pero no es el momento de mirar al pasado, sino hacia el futuro, con retos nuevos, propuestas nuevas y proyectos nuevos, con ilusión y compromiso renovados, en la fe de que todo se puede hacer y que nada es un imposible si se pone voluntad y el empeño de equipos de trabajo preñados, no sólo de buena voluntad, sino de horas para trasladarla en datos y cifras, en imágenes que toda la sociedad pueda visualizar, palpar y transitar.

Se podrá decir: bueno, todo eso está muy bien, pero eso cualquiera lo puede hacer, porque todos son iguales. Pues no. Porque basta profundizar cada uno en su ámbito de gestión para comprobar cual es el compromiso real que cada cual adquiere, más allá de la retórica mitinera. Porque como suele repetir Jose Luis Bilbao una y otra vez, la política ha de ir mucho más allá de la rueda de prensa del día siguiente y de la foto del periódico. Ya se que, como también se dijo en un encuentro reciente de blogers jeltzale, que en este país hemos tenido al mejor fabricante mundial, digamos por ejemplo, de tornillos. Y nadie lo sabía. ¿Porqué? Pues porque son tan buenos, que ya me lo reconocerán, ¿no? Pues no, quien no llora no mama, dice el refrán. Y para que la gente te conozca te has de dar a conocer, presentarte, y saber explicar las realidades como son, porque los demás, aunque tengan el peor tornillo del mundo, van a pretender hacer ver que es mucho mejor que el tuyo. Y la política, también, es percepción.

En resumidas cuentas, y pasado casi un año de gestión en las diputaciones forales, y 3 ya en el Gobierno Vasco se puede hacer un diagnóstico claro, y es que la norma de los demás suele ser la de dejar gobernar a los técnicos, a los funcionarios, dejar navegar la nave institucional, en una especie de coma inducido, o bien cometer las ocurrencias que se les va pasando por la mente a cada paso que dan, con la consiguiente confusión en la ciudadanía, la pérdida indudable de oportunidades, sobre todo en base a proyectos estratégicos venidos de otras legislaturas y de otros equipos de gobierno, y, como colofón a la incapacidad, tratar de colgarle el mochuelo al territorio vecino, para tratar de tapar su incapacidad de gestión, buscando que antes de que se revele tal cosa, se produzca una lucha fratricida entre territorios hermanos, sabiendo como saben que muy por encima del partidismo, al JEL, le importa mucho más Euzkadi, el bien del país. Pero no, hay cosas que no deben colar y no colarán, porque en este caso, como en otros, pero en este momento histórico, lo más importante es afirmar que la sociedad vasca es totalmente madura para tomar decisiones y para asumir las realidades derivadas de tales decisiones. Lo votado en libertad y entre todas las opciones es lo válido. Y cada cual apechugue con sus decisiones. Es lo justo y democrático.

En el caso de Euzkadi, dadas las circunstancias, y el contexto, tanto interno como externo, ni está para experimientos con gaseosa ni para poner sus instrumentos de autogobierno en otras claves que no sean las del desarrollo de políticas de ámbito nacional vasco que nos saquen de la crisis, nos pongan en velocidad de crucero hacia el progreso y avancemos en la defensa de un modelo vasco, sustentado en la justicia social, en las personas con cara y ojos que dijera el Lehendakari Ibarretxe, sin dejar a nadie atrás, siendo conscientes de todo el potencial humano que nos proporciona nuestro país, y usándolo para nuestro bien colectivo. Y ante eso sólo hay una opción: Euzko Alderdi Jeltzalea, Partido Nacionalista Vasco. La única opción nítidamente abertzale comprometida con el futuro nacional de este país nuestro llamado Euzkadi, la patria de vascas y vascos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario