jueves, 20 de octubre de 2011

Irlanda – Euskadi, ¿Una comparación posible?

 Uno de los conflictos de referencia para explicar y extrapolar la realidad del conflicto vasco ha sido Irlanda, pero hay unos puntos que no se concuerdan con la posible realidad, sino mas bien existen unas ciertas diferencias que demuestran que cada situación tiene sus particularidades y debe ser tratado como tal, en sus especificidades, pues las recetas que en un lugar tienen éxito, en otro pueden conducir al fracaso.


Por empezar con algo, es evidente que en el origen del conflicto irlandés, en su consecuencia violenta, no se encuentra una dictadura, como la franquista (de cuya memoria hay un olvido voluntario de mucha gente), sino una vulneración de los derechos humanos por parte de una comunidad sobre otra, dentro de la propia realidad del norte de Irlanda, con la aquiescencia del gobierno de Londres. Por otro lado cabe señalar que, aunque contaban con un “gobierno autónomo”, este controlaba la RUC (policía de la región) y poco más. No había ningún tipo de autonomía, que fue establecida, junto con Escocia y Gales en 1999.


Las primeras soluciones pasaron por la militarización del norte de Irlanda, en un principio para proteger a la comunidad católica... cosa que aquí no pasó, debido a la realidad represora del régimen (no sólo contra vascos, también contra catalanes, cántabros, andaluces …). Y posteriormente se sugirió, antes del ingreso de Reino Unido en las Comunidades Europeas, el reagrupamiento de los católicos en los distritos más sureños del Ulster británico, quedando los protestantes en el entorno de Belfast. Los primeros se reintegrarían en la República de Irlanda, y los segundos se mantendrían en el Reino Unido. Re-asentamientos forzosos de población. Y por otro lado las dos comunidades se encuentran disgregadas, con servicios separados, y también muros “de la paz”.

Hay, eso si, un error de partida que conviene aclarar, y es que el verdadero punto de comparación del conflicto en el estadio actual entre el Norte de Irlanda y Euskadi sería si a comienzos de la transición Bizkaia, Gipuzkoa, casi toda Araba y la mitad norte de Navarra hubieran logrado la independencia y ETA siguiera luchando por la reintegración de la rioja alavesa y de la mitad sur de Navarra en el nuevo estado, como sucedió en Irlanda, con la partición de 1921 entre el sur y el norte de la isla. Aunque, eso si, eso demuestra el pragmatismo de los irlandeses: lograr aquello que es posible avanzar en cada momento. Quizás sabían que los católicos procrean más que los protestantes...

Otra diferencia fundamental es que en 1994, previamente a la declaración de tregua del IRA, se produjo en la sede del Primer Ministro conservador John Major la declaración de Downing Street, que reconoce el derecho de autodeterminación de Irlanda (al igual que la re-unificación de Alemania, 4 años antes, se produjo apelando al derecho de autodeterminación del pueblo alemán). Y es en 1998 cuando se produce el acuerdo entre los partidos norirlandeses que produce el cambio sustancial de escenario, y que, ayudado con una exigua autonomía, ayuda a abrir un proceso … por parte de la iniciativa de la comunidad católica. Porque, aunque no se cuente, los grupos terroristas unionistas se han bajado de la lucha armada, algunos en 2008, otros en 2009 y otros en 2010 (aquí habrá que olvidar la triple A, el batallón vasco-español, la ATE o los GAL). Todavía hoy se está cerrando el proceso de paz, y se avanza en la reconciliación, que es un proceso más largo.

Estos pequeños apuntes y referencias deben hacernos pensar en que el modelo que haya de seguir el caso vasco y el irlandés se regirán por sus propios ingredientes. Eso si, lo que si es común es la idea del conflicto político subyacente que les da origen, pues fue una tendencia uniformadora a nivel europeo, iniciada entre el siglo XVIII y XIX por la Francia jacobina revolucionaria …

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