sábado, 1 de octubre de 2011

Cuidado con el Centro Botín


Muchos son los factores que pueden influir a la hora de tomar en consideración, y, posteriormente, llevar a la plasmación proyectos tractores, buques insignia que, de tener éxito, acaban por identificar, o contribuir a poner en el mundo una ciudad o un territorio. Así, como tal, se nos vende el Centro Botín de Arte, que sería situado encima de la hoy insigne Grúa de Piedra, al lado de los Jardines de Pereda, frente, casualidad, al despacho del propio Botín en la sede universal del Banco Santander. Propongo, humildemente, reflexionemos algunos aspectos de la obra.


En primer lugar se nos anuncia como positivo que sería completar toda una serie de entidades similares existentes en el arco cantábrico. Veamos. Donostia-San Sebastián tiene el Kursaal, es cierto, pero no es un centro de arte, sino un palacio de festivales y congresos, similar al Palacio Euskalduna de Bilbao. Bilbao posee, ciertamente el Guggenheim. Y Avilés el Niemeyer. Solo que un matíz, para empezar, y es que estas instalaciones se suelen concitar en áreas degradadas de las ciudades. Por ejemplo el citado ejemplo avilesino, una zona de raigambre industrial. O en Bilbao, en una zona, antiguamente conocida como la campa de los ingleses, donde llegaban los hoy reconvertidos cercanias de renfe desde las minas y las industrias de la margen izquierda, y que eran industria auxiliar, entre otras, de astilleros Euskalduna (que es donde hoy se asienta el Palacio de Congresos). Esta actuación, por cierto, integró la ría en el entorno urbano de la ciudad.

Por otro lado, y en recientes noticias, se nos ha comunicado que Emilio Botín, cabeza del Banco Santander, declara un parón o un cierre de nuevas actuaciones, al menos del banco, hasta 2014. Fecha, casualidad, en la que pide sea inaugurada la obra de Piano, arquitecto famoso. Suele pasar. Lo que no suele ser habitual es la celeridad desde la idea hasta su plasmación y posterior inauguración. En Bilbao se empezó a hablar de un posible museo en 1988/89. En 1991 empezaron las negociaciones y se plasmó en una obra que duró varios años (unos 5). Tanto que se tuvo que abrir las obras los fines de semana para que la población no decayera en su apoyo. Y en 1997 se inaugura oficialmente, un 18 de Octubre. En el caso de Avilés Niemeyer, tras recibir el Principe de Asturias, cedió un proyecto, que se ubicó en Avilés por su evidente realidad industrial. Y en 2011, antes de las elecciones municipales y autonómicas, se inauguró oficialmente. Nótese la diferencia de plazos.

Probablemente, por tamaño y envergadura, el proyecto santanderino sea más parejo en su concepción al avilesino. Curiosamente ha sido noticia el Niemeyer porque tras una auditoría, se ha revelado una ineficiente gestión (eufemismo de agujeros y otras cosas). Y entre una cosa y otra, y un no acuerdo entre el patronato de la fundación y el nuevo gobierno del foro asturias, cerrará sus puertas el próximo 7 de octubre de 2011. De ahí que sea fundamental huir de las propuestas a salto de mata, sin participación, implicación y que si bien se realizan en tu ciudad, se podían haber hecho en cualquier otra del planeta. Volviendo al elemento de construcción de este tipo de centros en zonas degradadas, jamás se podrá decir tal cosa del Paseo Pereda. Si fuera cerca de Raos, o del Barrio Pesquero se podría entender, o incluso en San Martín, al lado del Museo del Mar Cantábrico, creando, si se puede, sinergias compartidas, creando un entorno cultural potente, junto a otras iniciativas publico-privadas que pudieran darse. Eso sí. Cabría la potencialidad de un Tranvía, al menos, que fuera desde las estaciones hasta dicho centro. Recuérdese que en Bilbao, 2 años antes de la inauguración de Guggenheim abrió sus puertas Metro Bilbao. Y es que lo mejor es tener una planificación y una visión del entorno, y de sus potencialidades de desarrollo a futuro, sin hipotecar el futuro de una zona, como puede ser el Frente Marítimo de Santander, el balcón a una Bahía que le es propia y a la que no debiera dar la espalda, que es lo que puede acabar pasando.

Por finalizar con algo, aunque haya muchos más elementos de juicio y valoración, está la participación y el arraigo. Sin caer en boutades, ni en declaraciones salidas de tono, ni en populismos sin fundamento, es importante lograr una implicación den entorno social, cultural, económico y político para que dicho modelo de proyecto, considerado no sin fundamento, como estratégicos, puedan causar el arrastre social y económico deseados. Porque, en definitiva, además de los turistas, a los primeros que ha de interesar es a los propios ciudadanos del entorno próximo, ha de estar situado en un entorno agradable, al menos para la mayoría, y accesible. Y que la gente lo pueda hacer suyo. Los elementos exogenos no suelen prosperar. De ahí que, teniendo en cuenta estos y otros elementos, y siendo conscientes de que ni Santander ni Cantabria pueden renunciar a tener elementos, también en la Cultura y el Arte, que sean puntales de desarrollo, dejaría este comentario para las instituciones cántabras. Y es que no todo el monte es orégano, y es mejor ir a paso algo más corto, pero más firme, determinado y asentado para poder seguir dando más en el futuro. Así pues: cuidado con el Centro Botín.

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