lunes, 25 de abril de 2011

Santander y el carril reversible

Mucho se ha comentado sobre el llamado carril reversible establecido entre Bizkaia y Cantabria. La iniciativa, puesta en marcha sobre unos 30 Km. de autovía, unos 23 en Cantabria, hasta prácticamente la salida a Liendo, y en 7 km. en Bizkaia supone un acuerdo entre la Ertzaintza y... la Guardia Civil de tráfico para que uno de los 4 carriles con que cuenta la carretera pueda alternarse en un sentido u otro según sea la demanda de cada jornada, tanto si es de tráfico fluido en dirección a Santander (o más bien hacia los "enclaves" de Noja, Laredo o Castro-Urdialaitz) o si es en dirección Bilbao. Pero habría mucha tela que cortar para entender que esto es un parche propiciado por Rubalcaba, que para algo es el padrino de Ares, el consejero de interior vasco, y compadre de Revilla, al ser de Solares. Y es que... con mi roca no te metas!



El sistema de tráfico en lo que se llama la A 8 pasa por ser caótico en todo el territorio por el que transita, y no sólo por nuestro territorio nacional, del que sobradamente se han burlado en Vaya Semanita. Lo crean o no somos unos privilegiados, puesto que fuimos de los primeros en tener el trazado completo ya a principios de los años 70. No fue hasta 1990 cuando se empezaron a abrir los tramos correspondientes a "más allá de El Haya", resultando, a día de hoy, aún inconclusa, la autopista/autovía que debe terminar en el límite entre Galiza y Portugal. Y éste es un problema mucho más acuciante, y con repercusiones en el otro problema citado. Y la culpa es de un gallego: de Pepiño Blanco. Fue el quien paralizó las obras de infraestructuras de Cantabria, siendo la comunidad más perjudicada por ese plan de recortes. Y como diría un buen amigo, es mucho más caro anular una licitación de obra para luego tener que re licitarla con otra empresa que hacerlo de un tirón.

Precisamente los tramos en cuestión son los que van entre Solares y Torrelavega. Y este hecho produce evidentemente un atasco monumental en las cercanías de Santander, pues aquellos que, a día de hoy quieran ir hacia Torrelavega, o al oeste de la capital cántabra, tienen que llegar a los límites físicos de dicha ciudad, para poder coger el desvió, que, en mi humilde opinión, a estas alturas, debiera ser usado como red comarcal de uso, habiéndose solucionado la variante externa, esto es, el trazado de la A 8 a su paso por dicha región. Se puede comprobar que la mayor parte del tráfico en dirección Bilbao desde Torrelavega no se para en Santander, sigue trayecto. Y esto es una verguenza que sufre Santander y Cantabria, y que por culpa de Pepiño Blanco y del Gobierno de España se mantiene. Como ha sido el caso del resto de infraestructuras, que por ser parte del régimen común y depender en gran medida de Madrid para financiación, ha sido imposible llevar a término.

Como resultado de esta vergüenza se lleva a término ese caramelo llamado carril reversible, en otra parte de la red. Posiblemente donde debiera implementarse es en el citado tramo entre Solares y Torrelavega, pero bueno, doctores tiene la iglesia socialista para pontificar sobre el bien y el mal, lo bueno y lo malo. Por cierto. ¿Porqué no la solución puede ser ferroviaria? Lo digo porque hay una línea de tren ya establecida entre Santander y Bilbao. Y podría retirar muchos vehículos de la carretera. Al menos, como hay en el Euskotren de Bilbao a Donostia, un servicio o dos, complementarios, semi directos. O un par de servicios directos entre Santander y Bilbao. O una línea nueva costera que una Bilbao con Castro, Laredo, Noja y Santander. Bien pudiera ser ésta la línea de Alta Velocidad que le prometieron a Revilla en Zaragoza, junto al AVE a la meseta, que fue precisamente la conquista que logro el Presidente Cántabro justo el día previo a la suspensión de la ejecución de todo el resto de proyectos de infraestructuras en dicha comunidad por parte del Ministerio de Fomento. Todo un misterio.

Sólo me resta por decir que me parece perfecto, saludable, y necesario que las instituciones vascas y las cántabras cooperen y colaboren, como buenos vecinos, aparte de otras consideraciones, pero siempre desde la reciprocidad, la empatía, la responsabilidad, la asunción del propio futuro en las propias manos, sin dependencias ni servidumbres a terceros que han demostrado en repetidas ocasiones que no les interesa ni les importa ni Cantabria ni Euskadi lo más mínimo. Como en los casos señalados. Menos mal que la Supersur es cosa de la Diputación Foral de Bizkaia, y que gracias al régimen foral y al concierto económico podemos llevar adelante nuestros propios proyectos en beneficio de, no sólo bizkainas y bizkainos, sino también de aquellos que van a poder utilizar dicha infraestructura. Como por ejemplo, por cercanía, cántabras y cántabros.

No hay comentarios:

Publicar un comentario