miércoles, 30 de mayo de 2012

Por una Euzkadi mejor, Iñigo Urkullu


Hay momentos en la vida en los que debemos, ante las dificultades que jalonan nuestro camino, apostar fuerte, pero sobre seguro, con un valor en el juego por algo en lo que creemos firmemente, con un caballo que, por mor de ser el mejor de la carrera, nadie le va a conceder el valor que tiene, porque como tal, es una apuesta por volver a la raiz, con racionalidad, sentido común, y bases firmes, sobre lo que tiene que ser lo que nos rodea, lo que sentimos nuestro, y lo que nos une, y es que desde que Sabino Arana dijera que Euzkadi es la patria de los vascos, no ha dejado de ser ésta nuestra única patria.


Primeramente empecemos por la ficción. Pues en la política vasca hay mucha ficción, las más de las veces. El Presidente Josiah Barlett, en su debate con el Gobernador Robert Ritchie de Florida, en un momento dice “Ahí esta”. ¿Que estaba? Pues una frase de 10 palabras de su rival sintetizando su posición sobre política fiscal y financiera. Y le responde que casi ningún día en política acaba en definir sobre el bien o el mal absolutos, y que esos escasos días siempre acaban con muertos encima de la mesa. Y es que lo racional es poder defender un proyecto, que se concreta en medidas que se van tomando, pero siempre desde la necesaria negociación y diálogo. El Presidente Andrew Sepherd, enfrentado con el Senador Robert Ransom, acaba por comprender, aparte de que un acto de patriotismo ha de ser tanto amar una bandera (un símbolo), como el derecho a quemarla como protesta, que no se puede esconder de sus problemas, y, en el caso de las armas, está tan convencido de su inconveniencia que está dispuesto, si hace falta, a ir “Puerta a Puerta”, convenciendo a sus conciudadanos para que les entreguen sus armas. Un senador, Ransom, por cierto, que no tiene programa, y cuyo único recurso es apelar a otros tiempos mejores y echarle la culpa a alguien de los males actuales. Grandes productos “The American President” y “The West Wing”, ambos pergeñados en la mente de Aaron Sorkin.

En la realidad, citemos sólo dos casos, también hay ficción. Veamos uno de ellos. Años 70 del siglo XX, contexto de guerra fría con la Unión Soviética, y se dan pasos para la distensión. Pero bajo la presidencia de Nixon y Ford, a pesar de que la CIA y otros organismos de inteligencia habían reiterado que los soviéticos no desarrollaban armamento nuevo, que sus investigaciones eran todas negativas en base a las pruebas empíricas, un grupo de neocons se empeñó en negar la mayor. Partían de la base de que, necesariamente esas armas existían. Por razones ideológicas. Y había que demostrar ese marco teórico en la realidad, y no al revés. Y así crearon el “equipo b”, un equipo de personas de la administración que acabaron por afirmar que si no habían detectado nuevos proyectos sería que eran proyectos de armas (submarinos, por ejemplo) indetectables. Lógico y normal, claro. Este mismo equipo es el que integraría el Departamento de Defensa, la vicepresidencia y otros organismos bajo la presidencia de George Walker Bush, jr. Y aquí viene el segundo caso, el de Valerie Plane. Una agente de los Estados Unidos, a cuyo marido, ex diplomático, le piden hacer unas gestiones en Niger acerca del supuesto programa de Saddam Hussein de armas de destrucción masiva en Irak. La película en la que le interpreta Sean Penn es tremendamente realista. Y es que, con la misma estrategia, los neocons iban a la CIA con un presupuesto ideológico, que contradecía todas las pruebas de campo que habían recogido, tanto en el campo del espionaje como en el diplomático. Pero como los jefes eran ellos, la CIA y los demás organismos de inteligencia acabaron por plegarse y aceptar su “realidad”. Y a los Plane los atacaron personalmente, como hace todo aquel que se queda sin argumentos. Como haría Conan el bárbaro, que de razonar, poco, pero, en cambio, si que tiene una buena cachiporra.

Ante la fantasía, realismo, y ante la irracionalidad, método científico. Y ante los malos ejemplos, buena praxis, que existen, sin salir de Euzkadi. Es por ello que, sacando conclusiones a los relatos citados, y a otros muchos, se impone volver a una normalidad institucional, a una Euskadi real y no virtual, como la que han pretendido construir desde Madrid los que sacaron un 30% de votos en las municipales y un 40% en las generales del año 2011.

Euskadi necesita unas elecciones cuanto antes, para poder elegir un parlamento vasco en el que estemos todos, y exista un gobierno que nos represente a todos. Unas instituciones que, más allá de la legalidad, sean plénamente legítimas, y con capacidad de retomar el curso de la normalidad institucional, económica y financiera para este país. Pues tenemos problemas muy serios y necesitamos gente seria para resolverlos, y los 15 minutos de recreo que un tal López consiguió del jefe de estudios deben terminar cuanto antes. Por el bien del país. Y porque nunca antes, en ningún parlamento europeo, la segunda fuerza parlamentaria ha durado en un gobierno con toda la oposición en contra (al menos la parlamentaria), y con la perspectiva de, en tiempos de crisis, tener que prorrogar unos presupuestos. Eso es totalmente insostenible. Aparte del hecho evidente relativo a los conflictos laborales en todas las instituciones y organismos, la multiplicación de la deuda, la casi nula producción legislativa o la misma no existencia de un programa de gobierno.

El futuro se construye sobre bases sólidas, y cuanto antes avancemos hacia el, mucho mejor. EAJ / PNV presenta a su líder como candidato a Lehendakari. Con la solvencia de haber ganado las últimas elecciones: las legislativas de 2009, las europeas de 2009, las municipales y forales de 2011 y las generales del mismo año. A eso se le añade que de las 4 formaciones grandes que se presentarán a las elecciones con “opciones” de alcanzar el gobierno, 3 auparon, directa o indirectamente al señor López de Coscojales a Ajuria Enea. Por lo cual está claro cual es la opción a la que hay que apoyar por cualquiera que le quiera desalojar de Ajuria Enea. Y es que para estas lides es necesario tener memoria de todo, pues si es incompleta, deja de ser memoria. Y el que desconoce su pasado, está condenado a repetirlo. Y saber hacer análisis. Porque unos, para 2009, andaban señalando que el pacto PNV – PSE estaba servido. Y que la única duda era quien ocuparía la lehendakaritza. Otros, en cambio, advertían del pacto PSE – PP, pero no se le hizo caso. Y así nos vino la que nos vino. Dicen que la primera vez que te engañan es culpa del otro, la segunda es propia. Que no nos vuelvan a engañar. Votemos todos, con sentido común.

EAJ / PNV tiene una visión de país, un ideario, un proyecto, unas candidaturas, que incluirán a Iñigo Urkullu Renteria como candidato a Lehendakari y a Bakartxo Tejeria Otermin como candidata a presidir el Parlamento Vasco. Y a eso habrá que sumarle otras 73 personas, mujeres y hombres, que completarán las listas, más los suplentes, con el objetivo, de salida, de obtener los 25 escaños en juego de cada circunscripción. Luego será la ciudadanía la que verá si respalda y en que grado. Y veremos los resultados la noche electoral. Con la vocación, como debe ser, de liderar la sociedad. Porque todo partido político se presenta a elecciones con la vocación de transformar la realidad tal como es, y variarla hacia los postulados que tiene cada cual, en la medida de lo posible, porque la visión de lo que deba ser el país para cada cual sigue vigente, y los postulados ideológicos, también. Si hasta Fukuyama se desdijo de sus tesis de principios de los años 90 del siglo XX, porqué nosotros deberíamos seguir en dichas erróneas tesis. Y el mejor muestrario, como se ha citado, es la realidad institucional vasca, compleja, pero que funciona, en la que todas las instituciones dan cabida, en el marco foral y municipal, por ejemplo, a todas las formaciones políticas que entrarán en liza en las próximas elecciones al Parlamento Vasco. Ahí también hay que fijarse para conocer un poco de lo que es capaz de hacer una formación cuando le dan la oportunidad de gestionar.

El gobierno saliente es muy dado a usar los “30 años” de gobierno de EAJ / PNV en el Gobierno Vasco, de 1979 a 2009, como arma arrojadiza. Olvidándose, por ejemplo, de los consejeros que durante 12 años conformaron, con el carnet socialista en el bolsillo, esos gobiernos. Cosas de los olvidos voluntarios. O que EA lo conformó durante 16 años (de 23 posibles). La mejor garantía de éxito para el Gobierno del Lehendakari Urkullu es el poso del buen pasado. Pero sólo como base para un buen futuro. Un futuro de resolver para Euskadi la crisis económica, cumplir con la promesa del nuevo status, profundizando en el Euzkadi 2015, y volver a dar solvencia, tranquilidad y normalidad a nuestro país. Porque queremos y necesitamos una Euskadi mejor. Aurrera Urkullu! Gora Euzko Alderdi Jeltzalea! Gora Euzkadi Askatuta!

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