jueves, 15 de diciembre de 2011

Articulación teórica del tercer espacio: identificar la comunidad


“La autonomía es algo que esta por encima de lo que nosotros podemos pactar, porque es un derecho anterior a las leyes, es un derecho que nace de los cuerpos vivos, que los nacionalistas llaman nación y los regionalistas región”, dijo un representante del tercer espacio, haciéndose referencia a que los derechos históricos son anteriores a las constituciones.

En general, las comunidades humanas, más si cabe aquellas que el tiempo ha permitido que se consoliden, han adquirido una serie de características propias que las identifican y las hacen relevantes, las hacen propias, y las diferencian del resto de comunidades humanas. Hay una tendencia en la historia a hacer un relato corto de miras, es decir, basado en una generación. O menos, últimamente se habla de 30, 25, 10, 5 años … más si cabe en situaciones en las que la democracia, o el sistema político que sea, es algo comparativamente más reciente o breve que el resto de la historia en la que se piensa, se aluda o no explicitamente a este último aspecto. O se tiene la manía de visualizar la historia desde un punto de vista lineal ascendente. Hay que romper con lo uno y con lo otro. Ni la historia empieza con nosotros ni el mejor momento de la comunidad es el de hoy. Porque, como en otro ámbitos, hay avances y retrocesos, mejoras y empeoramientos, y las realidades cambiantes y las vicisitudes hacen que el presente se parezca más a un diente de sierra. Es cuestión de la generación actual luchar porque el índice vaya hacia arriba. De por sí no lo va a hacer.


Tampoco es cierto que el origen de las comunidades sea ni la revolución francesa de 1789 ni el Tratado de Westfallia de 1648... ni que las comunidades oficialmente reconocidas por instancias internacionales sean las que existan, y el resto no, pues la historia, una vez superados prejuicios y lugares comunes, enseña que existen comunidades que en algunos momentos han quedado invisibilizadas, bien sea por la razón que sea. Como la comunidad griega, que recuperaron el control de su comunidad en 1830. Y, por supuesto, existen, como se han citado, elementos que distinguen las comunidades. Lengua, Cultura, Deporte, Instituciones, Gastronomía, Entorno Geográfico, Economía o el propio Proceso Histórico son unas de las claves que permiten contrastar la existencia de una comunidad consolidada, sea reconocida por otros o no. El Tercer Espació, como representación de la comunidad que sea, ha de mimetizar, asumir, hacerse partícipe, e incorporar a su definición y actuar todas y cada una de las características que conforman la comunidad, sin renunciar a ninguna de ellas, y sin vergüenza por el que dirán, porque ese Tercer Espacio y esa comunidad han de resultar, por así decirlo, sinónimos en términos enciclopédicos.

Las lenguas son evoluciones, como las propias comunidades. Algunas son del tipo aglutinante, es decir, agrupaciones de cosas que tienen un significado por separado, y que en conjunto tienen uno nuevo. Las hay de otro tipo, y las hay de carácter mixto. Y, por supuesto, reciben influencias de otras lenguas, bien invasoras, de paso, que cohabitan en el mismo territorio (en antiguo, podía pasar que el pueblo hablara una lengua, pero la élite política y militar hablara otra, la oficial, la que se registraba), u otras opciones. La verdad es que para conocer el pasado de una lengua en un territorio y en relación a una comunidad, es imperativo dejar los juicios de valor a un lado, y ser capaces de investigar las realidades pasadas sin complejos, sin previamente capar la investigación, por ejemplo, dejando fuera lo que uno seguro no se va a encontrar. Porque si da la casualidad que uno encuentra algo que no debería estar allí, según la verdad oficialmente aceptada, sería como ver un Boeing 747 en una excavación egipcia... clasificándolo como elemento ornamental. Es una exageración, pero en lingüística cosas así han pasado, y seguirán pasando mientras nos neguemos a aceptar las posibilidades de las realidad complejas que componen el pasado de una comunidad.

El Deporte muchas veces viene derivado de las propias actividades derivadas de la búsqueda del sustento de la propia comunidad. Son los que se suelen denominar como deportes rurales, en su mayor parte. De ahí que cada comunidad haya derivado en potenciar unos juegos y desconocer otros, pues no ha sido su campo de actividad, o el terreno de juego, por así decirlo, no era parte del paisaje en el que se movía la comunidad. Refleja la forma de relacionarse con el medio, sobre todo en el ocio, pues refleja, como se ha dicho, lo que se hacía en el no-ocio, es decir, el negocio. Aquí cabe señalar que muchas veces, en el pasado, deportes similares reflejan nexos de unión pasados entre comunidades, hoy olvidados, tal vez por intereses ajenos a la comunidad, a la espera de que este reflejo se complemente con el aspecto o los aspectos centrales de colaboración y cooperación entre comunidades. Como siempre, con altura de miras, y sin complejos.

La propia institucionalidad pasada es reflejo de una comunidad que busca su estructura, su forma de organizarse y crear una jerarquía de mando, en tanto que dirigir ordenadamente sus pasos. Por supuesto, esto es derivado de una evolución de necesidades. Es conocido que en el final de la edad media y principios de la edad moderna había tres tipos de sociedades en la Europa Occidental. Las basadas en las artes y el comercio. Las basadas en las armas y la guerra. Y un mix. En este caso fueron estas últimas las que salieron triunfantes. Pero a efectos de institucionalidad, dado que ninguna de las comunidades de los tres ámbitos ha desaparecido realmente, cabe conocerlas para verificar su posterior desarrollo y evolución. De aquí se derivan los derechos históricos a los que se refería la frase inicial, y que, debido a sus características, son, evidentemente, previos a las constituciones actualmente vigentes. De parte de comunidades vivas que han evolucionado en su institucionalidad, e, incluso, en los ejes sobre los que ha basculado la propia institucionalización de dicha comunidad, pudiendo haber variado de múltiples maneras a lo largo de la historia, en forma de ser parte de una comunidad mayor, estar disgregada en partes junto a comunidades limítrofes, o ser conquistadas y gobernadas temporalmente por un tercero. Según el momento histórico. Pero siempre como el junco chino: la comunidad es flexible, y se dobla, pero sin llegar a romperse.

La Gastronomía es reflejo de la propia evolución de la comunidad. Suele decirse, en tono jocoso, que las comunidades católicas tienen más evolucionada su gastronomía que las comunidades protestantes. Esto sería porque una religión que requiere de celebraciones públicas en cada etapa de la vida, la propia realidad de la sociedad, en la necesidad de innovar y de distinguirse de los demás, como sucede en todos los órdenes de la vida (también a las comunidades), ha hecho de esa necesidad una virtud, permitiendo un abanico más amplio y variado que en donde la religión es más íntima, no hay santos que venerar, las celebraciones son más familiares, y el contacto con el dios propio no requiere necesariamente de un intermediario. Claro que de esto hay excepciones, y circunstancias que mediatizan esto, como son hambrunas, migraciones masivas... etc. Pero es un hecho que refleja marcos en los que se mueve la comunidad y que se cuela por rendijas insospechadas, dado que las realidades complejas que conforman la comunidad son el resultado del lento poso en el cruce de los ingredientes que van a parar a la olla, perdón, a un territorio determinado. Justo como la Gastronomía.

Ciertamente en territorio determinado es importante, porque delimita, a veces, la comunidad. Puede situarse entre dos ríos, o entre montañas, o a los dos lados de una cadena montañosa, o acomodarse en el entorno de un accidente geográfico, como pueda ser un río, una península, una isla (o un archipiélago, generalmente en un agregado de comunidades más o menos próximas), entre otras posibilidades. Suele decirse que aquellos que viven en un entorno llano se difieren de aquellos que viven en un entorno montañoso, por ejemplo, en tanto que la comunidad relacionada más con el primer caso habría evolucionado con unos criterios más ligados a ese entorno, y habrían tenido, por otro lado, otras preocupaciones o inquietudes. Dicen que no es lo mismo un pueblo ligado a la mar que aquel que tiene a muchas leguas el mar. El entorno geográfico en el que se asienta la comunidad marca, de manera histórica su relación simbiótica, de intercambio, de aprovechamiento, de búsqueda de las propias necesidades y satisfacciones. Y esto se liga con la Economía, puesto que las posibilidades que da el terreno en el que se asienta la comunidad es la que posibilita la existencia de ganadería o no, de un tipo o de otro, igual con la agricultura o la pesca. Posteriormente (y previamente también), también, determina si hay posibilidad de minería o no, y de que clase. Y, aparte de otras derivadas históricas, puede favorecer o no la necesidad migratoria.

El proceso histórico que vive cada comunidad es indisoluble de la propia comunidad. Es el agregado de sus vivencias, de sus realidades, de sus aspiraciones, des sus anhelos, de lo que fue planeado, de lo que si fue posible alcanzar, de los fracasos sonados, a veces escritos por quienes hicieron que ese esfuerzo fracasara, y los legados para las generaciones futuras por los que merece la pena luchar. Su expresión suele denominarse cultura: escultura, pintura, literatura, arquitectura, música … posteriormente el cine o el comic, por ejemplo. Todo ello refleja la parte de la comunidad, no necesariamente ligada a la economía productiva, a lo largo de la história. Claro que no hay que ser ingenuo, y ligar estos análisis, a la hora de conocer y reconocer la evolución de la historia de la propia comunidad junto con la realidad compleja, pero a la hora de reconocer e identificar la comunidad como lo que es, y decir que esa comunidad es un ente autónomo, propio, con vínculos y características determinadas, y, sobre todo, voluntad de futuro, es a lo señalado (y mucho más) a lo que hay que hacer referencia. Sin renunciar a que alguno que otro de los elementos puedan ser similares, o incluso compartidos con comunidades próximas. Y basar todo, en la actualidad en la voluntad democrática, en la solidaridad de todas las comunidades (que basen dicha solidaridad en el respeto y el reconocimiento mutuo), porque el pasado, el prólogo, nos sitúa en el día de hoy. Pero el mañana hay que hacerlo posible hoy. Entre todas y todos los miembros de la comunidad. Y, como se ha señalado, el Tercer Espacio, es el espació que debe canalizar, sin menosprecio a los demás, pero desde el convencimiento de, al igual que las y los miembros de la comunidad no tienen otra, que esa es la que les es propia, el Tercer Espacio debe interiorizar que aquello que no lidere difícilmente lo va a liderar otro. Más bien imposible la mayoría de las veces.

El resumen, en este caso, es absolutamente abierto. Como en la conclusión de “Regreso al futuro”, dicho futuro no está escrito, se puede cambiar. Y es un futuro que, si no se nos escapa, puede ser nuestro, escrito por la Comunidad y por el Tercer Espacio, en un esfuerzo colectivo por hacer un relato de futuro, democrático, participativo, participante y abierto, inclusivo... pero desde la realidad, el reconocimiento a uno mismo, huyendo de ideas prefijadas o el negacionismo. Desde la propia Comunidad. Porque dicha comunidad, también, es humanidad. Comunidad es Humanidad.

1 comentario:

  1. La Regencia de Nabarra. Naparrako Erregeordetza.

    "Para su conocimiento y el de toda la ciudadanía, desde el día 3 de marzo de 2010, la Casa Real de Nabarra ejerce como tal, toda la Comunidad Europea es conocedora, como así nos lo demuestran los escritos recibidos del Consejo Europeo y Consejo de Europa, expresando quedar enterados de la Proclama del 3 de marzo de 2010. Tan sólo se está a la espera de la Resolución de Naciones Unidas (New York) a nuestra demanda interpuesta en el año 2006."
    "el milenario Reino Pirenaico y sus consabidos Derechos Históricos, cuya titular fue y es la Corona nabarra, puesto que ninguna República legítima o títere tienen en su haber los mencionados Derechos Históricos. Su utilización por entidades políticas ajenas a las instituciones monárquicas es una aberración y un fraude a la ciudadania, como así lo contempla el nuevo y el viejo Ordenamiento Jurídico, su utilización es hacer el ridículo, como actualmente lo hace la Constitución cívico-militar española. Donando los Derechos Históricos de Nabarra a sus políticos colaboracionistas de turno, los que aceptan el juego e imposición, como lo son sin duda los gobiernos títeres de la Navarra Foral y española y el de Euskadi, cuya única denominación a dar...., por parte de la Corona Nabarra; es traición."
    "ante los cantos de sirena de los políticos “constitucionalistas” que lejos de toda verdad, obviando nuestra identidad obtan y aceptan las Normas de los ocupantes, poniendose en la práctica a servir a dos Estados (?) o bien se sirve a España o al Estado de Nabarra, a dos es un fraude tanto a uno como al otro"

    Blas de Beaumont Regente de Nabarra.

    Foro de la Regencia de Nabarra. Naparrako Erregeordetzaren Foruma

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