martes, 20 de abril de 2010

Santander: viaje de ida y vuelta

Juan Carlos Pérez Álvarez 


20 Abril 2010


El otro día, sábado, una amiga me invitó a conocer su ciudad. Allí me fui, animado, pues cuando había ido la última vez fue durante el mundial de futbol de Estados Unidos de 1994, y desde entonces ha llovido una barbaridad. Cogí un autobús en Termibus, en San Mamés. En principio tenía la intención de leer un libro con el que estoy, pero en vez de eso preferí ver el paisaje.


Primero Castro Urdiales, con su urbanismo salvaje, que la ha llevado a tener una inmensa parte de ella fuera de ordenación. Por otro lado su actual alcalde ha estado 10 días en prisión y ha vuelto a su puesto de alcalde, como si las cuestiones relativas a los dineros que le llevaron allí no hubieran tenido lugar. Después está Laredo, que según el mapa del autobús estaba en la cabecera de una gran mancha verde, semejante a la que pone para Urdaibai, pero se parecía más a una ciudad de la costa mediterránea, con una primera línea de playa con edificios elevados y posteriormente, en el fondo, las casas tradicionales del pueblo, de pequeña altura, y con terrenos anexos, casi siendo más de una ciudad en el mismo espacio.

Llego a Santander y veo que es una ciudad donde el puerto y la propia ciudad están integrados, el único medio de transporte es el autobús, que va un poco a su aire en tema de cumplimiento de horarios. Dice mi amiga que está previsto un metro. Para el siglo XXII supongo. Porque claro, allí la cosa depende de la voluntad del que paga, esto es Madrid, y como sabemos aquí, tanto el PP como el PSOE su voluntad estriba en tomar y mantener la Moncloa. Y claro que lo que recaudan en Cantabria, va a Madrid, para que lo gestionen. Por otro lado recordé que el actual Presidente, cuando era consejero de obras públicas es el que promovió las construcciones de Arnuero, que ahora están en proceso de derribo, sin que el señor Revilla haya sido reclamado por su responsabilidad en el caso.

A la vuelta, ya de noche, en el autobús, recordé que era 17 de abril, quinto aniversario de nuestra victoria electoral de 2005, en las elecciones al Parlamento Vasco. Y caí en la cuenta de que el presunto “cambio” que propugna el actual gobierno no ha llegado tan lejos como sus promotores quisieran dadas las resistencias y al saber hacer de nuestras tres Diputaciones Forales, que son las que, gracias al Concierto, gestionan nuestro dinero. Hace un año que López y compañía tomaron Ajuria Enea, y no estamos en tiempos de probar cosas nuevas, ni de experimentar, sino de afrontar los retos cual vienen y con la premura que los tiempos marcan. Valorando lo que tenemos. Es importante valorar lo que tenemos, valorar nuestras instituciones, los logros en el autogobierno, el ser quienes decidimos a qué dedicar nuestro dinero. Debemos valorar lo que hemos logrado, al margen de ensoñaciones constitucionalistas que se nos quieren imponer, reivindicar lo nuestro, y gestionar. Puede haber habido fallos, puede haberlos, pero podemos asumirlos y resolverlos, con humildad, y de ese modo, afrontar el camino que tenemos que recorrer para poder tener un futuro. Y eso pasa por hacer las cosas bien, y para eso necesitamos gente seria, experimentada, y capaz. Por todo ello creo que es hora de que confirme, como getxotarra, mi apuesta por la reelección de Imanol Landa Jauregi a alcalde de Getxo y de José Luis Bilbao Eguren como Diputado General de Bizkaia.

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