Hay momentos en la vida
en los que debemos, ante las dificultades que jalonan nuestro camino,
apostar fuerte, pero sobre seguro, con un valor en el juego por algo
en lo que creemos firmemente, con un caballo que, por mor de ser el
mejor de la carrera, nadie le va a conceder el valor que tiene,
porque como tal, es una apuesta por volver a la raiz, con
racionalidad, sentido común, y bases firmes, sobre lo que tiene que
ser lo que nos rodea, lo que sentimos nuestro, y lo que nos une, y es
que desde que Sabino Arana dijera que Euzkadi es la patria de los
vascos, no ha dejado de ser ésta nuestra única patria.
Primeramente empecemos
por la ficción. Pues en la política vasca hay mucha ficción, las
más de las veces. El Presidente Josiah Barlett, en su debate con el
Gobernador Robert Ritchie de Florida, en un momento dice “Ahí
esta”. ¿Que estaba? Pues una frase de 10 palabras de su rival
sintetizando su posición sobre política fiscal y financiera. Y le
responde que casi ningún día en política acaba en definir sobre el
bien o el mal absolutos, y que esos escasos días siempre acaban con
muertos encima de la mesa. Y es que lo racional es poder defender un
proyecto, que se concreta en medidas que se van tomando, pero siempre
desde la necesaria negociación y diálogo. El Presidente Andrew
Sepherd, enfrentado con el Senador Robert Ransom, acaba por
comprender, aparte de que un acto de patriotismo ha de ser tanto amar
una bandera (un símbolo), como el derecho a quemarla como protesta,
que no se puede esconder de sus problemas, y, en el caso de las
armas, está tan convencido de su inconveniencia que está dispuesto,
si hace falta, a ir “Puerta a Puerta”, convenciendo a sus
conciudadanos para que les entreguen sus armas. Un senador, Ransom,
por cierto, que no tiene programa, y cuyo único recurso es apelar a
otros tiempos mejores y echarle la culpa a alguien de los males
actuales. Grandes productos “The American President” y “The
West Wing”, ambos pergeñados en la mente de Aaron Sorkin.
En la realidad, citemos
sólo dos casos, también hay ficción. Veamos uno de ellos. Años 70
del siglo XX, contexto de guerra fría con la Unión Soviética, y se
dan pasos para la distensión. Pero bajo la presidencia de Nixon y
Ford, a pesar de que la CIA y otros organismos de inteligencia habían
reiterado que los soviéticos no desarrollaban armamento nuevo, que
sus investigaciones eran todas negativas en base a las pruebas
empíricas, un grupo de neocons se empeñó en negar la mayor.
Partían de la base de que, necesariamente esas armas existían. Por
razones ideológicas. Y había que demostrar ese marco teórico en la
realidad, y no al revés. Y así crearon el “equipo b”, un equipo
de personas de la administración que acabaron por afirmar que si no
habían detectado nuevos proyectos sería que eran proyectos de armas
(submarinos, por ejemplo) indetectables. Lógico y normal, claro.
Este mismo equipo es el que integraría el Departamento de Defensa,
la vicepresidencia y otros organismos bajo la presidencia de George
Walker Bush, jr. Y aquí viene el segundo caso, el de Valerie Plane.
Una agente de los Estados Unidos, a cuyo marido, ex diplomático, le
piden hacer unas gestiones en Niger acerca del supuesto programa de
Saddam Hussein de armas de destrucción masiva en Irak. La película
en la que le interpreta Sean Penn es tremendamente realista. Y es
que, con la misma estrategia, los neocons iban a la CIA con un
presupuesto ideológico, que contradecía todas las pruebas de campo
que habían recogido, tanto en el campo del espionaje como en el
diplomático. Pero como los jefes eran ellos, la CIA y los demás
organismos de inteligencia acabaron por plegarse y aceptar su
“realidad”. Y a los Plane los atacaron personalmente, como hace
todo aquel que se queda sin argumentos. Como haría Conan el bárbaro,
que de razonar, poco, pero, en cambio, si que tiene una buena
cachiporra.
Ante la fantasía,
realismo, y ante la irracionalidad, método científico. Y ante los
malos ejemplos, buena praxis, que existen, sin salir de Euzkadi. Es
por ello que, sacando conclusiones a los relatos citados, y a otros
muchos, se impone volver a una normalidad institucional, a una
Euskadi real y no virtual, como la que han pretendido construir desde
Madrid los que sacaron un 30% de votos en las municipales y un 40% en
las generales del año 2011.
Euskadi necesita unas
elecciones cuanto antes, para poder elegir un parlamento vasco en el
que estemos todos, y exista un gobierno que nos represente a todos.
Unas instituciones que, más allá de la legalidad, sean plénamente
legítimas, y con capacidad de retomar el curso de la normalidad
institucional, económica y financiera para este país. Pues tenemos
problemas muy serios y necesitamos gente seria para resolverlos, y
los 15 minutos de recreo que un tal López consiguió del jefe de
estudios deben terminar cuanto antes. Por el bien del país. Y porque
nunca antes, en ningún parlamento europeo, la segunda fuerza
parlamentaria ha durado en un gobierno con toda la oposición en
contra (al menos la parlamentaria), y con la perspectiva de, en
tiempos de crisis, tener que prorrogar unos presupuestos. Eso es
totalmente insostenible. Aparte del hecho evidente relativo a los
conflictos laborales en todas las instituciones y organismos, la
multiplicación de la deuda, la casi nula producción legislativa o
la misma no existencia de un programa de gobierno.
El futuro se construye
sobre bases sólidas, y cuanto antes avancemos hacia el, mucho mejor.
EAJ / PNV presenta a su líder como candidato a Lehendakari. Con la
solvencia de haber ganado las últimas elecciones: las legislativas
de 2009, las europeas de 2009, las municipales y forales de 2011 y
las generales del mismo año. A eso se le añade que de las 4
formaciones grandes que se presentarán a las elecciones con
“opciones” de alcanzar el gobierno, 3 auparon, directa o
indirectamente al señor López de Coscojales a Ajuria Enea. Por lo
cual está claro cual es la opción a la que hay que apoyar por
cualquiera que le quiera desalojar de Ajuria Enea. Y es que para
estas lides es necesario tener memoria de todo, pues si es
incompleta, deja de ser memoria. Y el que desconoce su pasado, está
condenado a repetirlo. Y saber hacer análisis. Porque unos, para
2009, andaban señalando que el pacto PNV – PSE estaba servido. Y
que la única duda era quien ocuparía la lehendakaritza. Otros, en
cambio, advertían del pacto PSE – PP, pero no se le hizo caso. Y
así nos vino la que nos vino. Dicen que la primera vez que te
engañan es culpa del otro, la segunda es propia. Que no nos vuelvan
a engañar. Votemos todos, con sentido común.
EAJ / PNV tiene una
visión de país, un ideario, un proyecto, unas candidaturas, que
incluirán a Iñigo Urkullu Renteria como candidato a Lehendakari y a
Bakartxo Tejeria Otermin como candidata a presidir el Parlamento
Vasco. Y a eso habrá que sumarle otras 73 personas, mujeres y
hombres, que completarán las listas, más los suplentes, con el
objetivo, de salida, de obtener los 25 escaños en juego de cada
circunscripción. Luego será la ciudadanía la que verá si respalda
y en que grado. Y veremos los resultados la noche electoral. Con la
vocación, como debe ser, de liderar la sociedad. Porque todo partido
político se presenta a elecciones con la vocación de transformar la
realidad tal como es, y variarla hacia los postulados que tiene cada
cual, en la medida de lo posible, porque la visión de lo que deba
ser el país para cada cual sigue vigente, y los postulados
ideológicos, también. Si hasta Fukuyama se desdijo de sus tesis de
principios de los años 90 del siglo XX, porqué nosotros deberíamos
seguir en dichas erróneas tesis. Y el mejor muestrario, como se ha
citado, es la realidad institucional vasca, compleja, pero que
funciona, en la que todas las instituciones dan cabida, en el marco
foral y municipal, por ejemplo, a todas las formaciones políticas
que entrarán en liza en las próximas elecciones al Parlamento
Vasco. Ahí también hay que fijarse para conocer un poco de lo que
es capaz de hacer una formación cuando le dan la oportunidad de
gestionar.
El gobierno saliente es
muy dado a usar los “30 años” de gobierno de EAJ / PNV en el
Gobierno Vasco, de 1979 a 2009, como arma arrojadiza. Olvidándose,
por ejemplo, de los consejeros que durante 12 años conformaron, con
el carnet socialista en el bolsillo, esos gobiernos. Cosas de los
olvidos voluntarios. O que EA lo conformó durante 16 años (de 23
posibles). La mejor garantía de éxito para el Gobierno del
Lehendakari Urkullu es el poso del buen pasado. Pero sólo como base
para un buen futuro. Un futuro de resolver para Euskadi la crisis
económica, cumplir con la promesa del nuevo status, profundizando en
el Euzkadi 2015, y volver a dar solvencia, tranquilidad y normalidad
a nuestro país. Porque queremos y necesitamos una Euskadi mejor.
Aurrera Urkullu! Gora Euzko Alderdi Jeltzalea! Gora Euzkadi Askatuta!
No hay comentarios:
Publicar un comentario